PACÍFICA-MENTE Colmados de Posibilidades 25 09 23

 

COLMADOS DE POSIBILIDADES              25 de septiembre de 2023

    Para iniciar nuestro recorrido hacia la Luz que Somos, una Luz que resplandecerá cuando liberemos la oscuridad que hemos fabricado en nuestra mente, hemos visto que necesitamos por un lado apertura y humildad, estar dispuestos a recibir ideas nuevas y luego a experimentarlas, no porque nadie nos lo imponga sino porque nos hemos dado cuenta de que hay algo que no funciona bien en nuestra vida y decidimos responsabilizarnos de ello y por supuesto, hacer algo al respecto.

Las certezas que no creencias, llegarán con la práctica de estos recursos y gracias a ellas, hallaremos la fortaleza que vamos a necesitar para seguir adelante en este camino plagado de obstáculos. Obstáculos que por otro lado, son producto de nuestra propia mente cuando ésta se deja guiar por el miedo. Estamos en el proceso de hallar otro tipo de guía, un guía amoroso y tierno que lejos de juzgarnos, ve lo bello que hay en nosotros.

    Por otro lado, en este proceso de vaciado mental, debemos aprender a crear ecuanimidad y la neutralidad como instrumentos que nos van a ayudar a corregir nuestros juicios porque éstos son los responsables de nuestros apegos y aversiones. Soltar tanto lo que nos atrae como lo que rechazamos, requiere que aprendamos a relativizar los sucesos que vivimos, a desdramatizarlos y dedicarles el tiempo justo que se merecen evitando caer en la obsesión o rumiación, la angustia, la ansiedad, el desencanto….

    Pero ¿cómo se hace eso? Todo proceso espiritual se caracteriza por un des-hacimiento, conviene comenzar a derrumbar aquello que construimos llevados por unas creencias limitantes que nos hicieron olvidar lo que realmente importa. Hemos fabricado tantas cosas, hemos llenado nuestra “casa” de multitud de objetos que ya no estamos cómodos…..

    Aumentar la espaciosidad en nuestra mente, limpiar nuestra “casa” requiere empezar a plantearnos cuestiones que habíamos olvidado, tan sencillas y tan nuestras, que las hemos infravalorado al igual que nos hemos infravalorado a nosotros mismos creyendo que somos seres carentes y necesitados, cuando en realidad somos plenos y abundantes.

    El mayor poder que tenemos es el de DECIDIR. Nos hemos dado cuenta de que siempre podemos decidir percibir las cosas de otra manera, de una manera que aquello que antes me vencía ahora es vencido a través de una nueva mirada que sólo depende de ti. Vemos que existen tantas posibilidades como decisiones y que soy libre de seguir esclavizándome pero también soy libre de liberarme de todo aquello que algo en mi me dice que no me conviene.

    Decido aquietarme y escuchar, decido que merezco tiempo para aumentar mi bienestar, decido que merezco espacio para respirar y observar, para asistir al milagro de mi vida, al Amor que me late, a la maravilla que me habita.

Yo decido qué es importante; decido si me aferro a tener razón o prefiero ser feliz; decido resistirme a lo que ocurre o me decido a mirarlo de frente y acogerlo como la experiencia que estoy llamada a vivir; decido si sigo quejándome o victimizándome o si doy las gracias; si entrego mi amor o lo reservo para unos pocos…..

Siempre estamos decidiendo pero ahora vamos a ser más CONSCIENTES, vamos a poner atención a lo que pensamos, sentimos y manifestamos. Observamos y meditamos qué nos funciona y qué no. Decidimos que sí merecemos sentirnos bien y vamos a por ello.

El camino del des-hacimiento nos lleva a renunciar y dejar morir esa parte de nosotros que se resiste a dejar de ser importante para los demás, a dejar de ser especial, a ese personaje que cree necesitar el reconocimiento ajeno y que está dispuesto a dejar de ser quién es para recibir unas migajas de afecto.

La vía del vacío nos libera del qué dirán, del imponer nuestras ideas o pretender demostrar lo buenos que somos; la vía del vacío nos ofrece un colmado de posibilidades para reencontrarnos con la esencia de Amor que Somos, un potencial que no se encuentra en ningún lugar externo, sino en el interior de cada ser humano, a la espera de ser utilizado.