PACÍFICA-MENTE Un Vacío que Colma 18 09 23

 

UN VACÍO QUE COLMA                                 18 de septiembre de 2023

    Comenzamos la 7ª temporada de nuestros encuentros y es importante que regresemos a las bases de nuestro proceso de entrenamiento mental con el fin de no perder de vista todo aquello que nos va a ayudar a perserverar y seguir adelante con esta aventura de regreso a nuestra identidad, a ese Ser que vive en todos nosotros y que espera con paciencia a ser re-conocido, recordado.

    El concepto del vacío es muy importante en todo recorrido espiritual y vamos a mirarlo desde DOS PUNTOS DE VISTA. Uno se refiere a la importancia de la vacuidad como apertura mental para dar la bienvenida a nuevas ideas y conceptos y para ello tenemos un cuento zen que ejemplifica muy bien esta idea:

“Un erudito que se sabía muy instruído, visitó a un Maestro Zen y, le preguntó por el Zen. Nan-in le ofreció el té y se lo sirvió con toda la calma del mundo. Y aunque la taza del visitante ya estaba llena, el Maestro siguió vertiéndolo. El profesor vio que el té se derramaba y ya no pudo contenerse.– ¿Pero no se da cuenta de que está completamente llena? ¡Ya no cabe ni una gota más! – Al igual que esta taza, – respondió Nan-in amable y sin perder la compostura, usted está lleno de sus opiniones.

¿Cómo podría mostrarle lo que es el camino del Zen

si primero no vacía su taza?”

    Por muchos conocimientos que hayamos adquirido a lo largo de nuestro aprendizaje vital, nunca podremos afirmar que hemos llegado al final. Una mente abierta y entregada a la humildad sabe que hasta el último día tiene la posibilidad de aprender algo nuevo y que hay cosas que tras haberlas aceptado como veraces, pueden dejar de funcionar y ser cuestionadas a través de nuevos paradigmas.

    La evolución y los cambios también se dan en la esfera de las ideas y en el ámbito espiritual todavía no hemos experimentado muchas de las nociones que desde la antigüedad se nos han ido ofreciendo.

    La segunda perspectiva, más profunda, se refiere a la necesidad de propiciar la vacuidad como paso previo al estado de Plenitud y Libertad en el que el Amor y la Paz recobran el lugar que en tu mente se merecen. La vacuidad como espaciosidad que nos permite sentirnos ligeros y dispuestos a la fluidez: recibir para luego entregar y dejar ir.

    El camino del vacío es el camino del Buda, una de las tres vías que el monje Atisha realizó para llegar al despertar o Samadhi, que es la última liberación que puede experimentar el ser humano en este mundo. Se basa principalmente en el ejercicio de la no-mente a través de una meditación que al conectarse con la respiración, propicia el silencio y la quietud interior.

    De ahí la importancia del Respirar como preliminar imprescindible a cualquier actividad. Respirar es el acto más sencillo y universal y poner consciencia en él nos ayuda a regresar a lo más esencial en nuestra vida. Cuando pones atención en la respiración descubres que en tí existe una intención, una voluntad que ni siquiera te pertenece. Algo respira por ti y esa energía, ese hálito primigenio, ese Amor, te impulsa hacia adelante sin pedirte nada a cambio. El espacio en el interior de tu cuerpo lo hace posible y de algún modo puedes percibir que ese espacio físico es reflejo de otro espacio que intangible, posees en tu conciencia-mente.

    Para poder hacer uso de ese espacio, debes vaciarlo de forma que eliges cuidadosamente en qué pensamientos te vas a enfocar y cuáles van a dejar de interesarte. El siguiente paso será la ecología emocional, porque ya no acumulas ni retienes aquello que te atrae ni lo que te disgusta. De esta forma vamos a poder vivir sin aferrarnos a nada, diluyendo esa dualidad apego-aversión, me gusta-no me gusta, bueno-malo…., éste es el camino de la neutralidad y la ecuanimidad. Liberas tu mente de contenido y paradójicamente, te sientes más pleno y feliz, más ligero y dispuesto a ser un canal despejado y abierto a esta experiencia espacio-tiempo.