PACÍFICA-MENTE Abono para Amar 27 01 25

 ABONO PARA AMAR                                                  27 de enero de 2025

Nos hemos puesto las “babuchas”, procuramos ser coherentes en nuestro día a día, transfiriendo a nuestras acciones, nuestros pensamientos y sentires. Además, nos hemos comprometido a hacerlo de la forma más natural y espontánea posible, desde una mente sencilla y ligera, inocente. 

Estamos aprendiendo a disfrutar y a jugar, a no tomarnos las cosas “a la tremenda” y comprender que no podemos cargar con la visión de los demás y que ocuparnos de aclarar la nuestra, de sanarla, ya es un gran acto de amor que requiere nuestra total atención y dedicación. 

Partimos de una maravillosa base, un propósito de autoconocimiento y autocuidado que si somos perseverantes, no va a decaer por muy mal que se presenten las cosas, quizás en eso consista la inocencia, en mantenernos sanos y lúcidos a pesar de la oscuridad y el caos, en ser capaz de sonreír ante la adversidad.

Es fácil sentirnos bien en momentos puntuales, pero mantener ese estado de serenidad y contento pase lo que pase, requiere una seria y firme decisión de percibir desde un lugar elevado y sanado, un centro o jardín interior que nos aporta sostén y seguridad, confianza y paciencia. 

Desde ahí, todo es más fácil y sencillo, menos gravoso. Los errores propios y ajenos ya no pesan tanto, ahora sólo los consideramos para aprender de ellos, no para tratar o tratarnos mal. La compasión es un abono que fertiliza las relaciones, que las transforma en oportunidades para ejercer la generosidad, algo que se traduce en desapego, no juicio y por supuesto, en perdón.

Aprender a crear relaciones de calidad, es aprender a amar y como ya hemos visto, la caridad es la antesala del Amor y ello implica aceptación plena del otro tal y como es, con sus luces y sus sombras; sin olvidarnos por supuesto, del amor y el respeto a uno mismo, que implica alejarnos de esas personas que por lo que sea, nos ofrecen algo que sabemos no merecemos y por ello, no estamos dispuestos a recibir. 

La conciencia de Unidad no está reñida con el deseo de paz y felicidad, podemos entender perfectamente que somos uno, que lo que le percibo en los demás forma parte del universo que yo he manifestado y por tanto, he de integrarlo y sanarlo como propio, y sin embargo, concluir que ello no implica que me tenga que obligar a quedarme ahí donde no me siento bienvenido ni bien tratado. 

Debemos recordar que las acciones no nos definen ni a nosotros, ni a los demás, pero que si queremos recibir la visión de la inocencia, tenemos que ejercerla y que ejercer la inocencia no es otra cosa que otorgarla, adjudicarla, verla…, porque lo que no podemos ver en los demás, no podremos verlo en nosotros mismos. Esto según UCDM  convierte a cada persona con la que te relacionas en tu salvador o tu condenador, dependiendo de lo que decidas ver en él o ella y viceversa.

 

“El que decida ver será el que contemplaré” Lo que decidimos ver en los demás, es lo que cultivamos y si utilizamos el abono de la compasión, lograremos que con el tiempo, ello brote en nosotros. Nuestra mirada es la semilla que abonará y hará brotar la flor de la inocencia, por lo que si yo quiero ser consciente de mi identidad de Amor, de la inocencia que siempre fui y seré, tengo que ofrecerlo aquí y ahora, a través de una mirada apreciativa que esté por encima del comportamiento ajeno. 

La magia de la alquimia sólo se puede activar desde una voluntad libre cuyo propósito es una vida en paz. El propósito debe ser acorde con el medio y el medio que nos ofrece el Espíritu Santo es una visión que está por encima del caos y la confusión, que no pone el foco en la oscuridad, sino en una Verdad que subyace tras la forma.

Esa Realidad sólo será accesible a través de la entrega de nuestros juicios y de la renuncia a controlar el resultado. 

Precisa del permiso que ahora por fin nos atrevemos a emitir: permitimos que las cosas sean como son; entregamos nuestra percepción porque sabemos que tal y como la hemos utilizado hasta ahora, nos aleja del Amor; y por fin, nos abrimos a recibir lo que sea, confiando plenamente en que eso que recibo es lo que necesito para seguir avanzando en el camino de regreso a una Identidad amorosa y pacífica que es UNA.