PACÍFICA-MENTE Nutrientes sin Falta 07 04 25

 NUTRIENTES SIN FALTA                                            7 de abril de 2025



Estamos considerando que desde la Presencia, desde nuestra energía en su máxima potencia, nos permitimos estar firmemente centrados en el aquí y ahora como único lugar desde el cual podemos mantenernos conectados y comunicados con nuestro Ser de Amor, podemos comenzar a vivir lo que es la abundancia y la plenitud y desde ahí, asimilar el concepto de Unidad.


Desde el paradigma del pensamiento por el cual somos abundantes y plenos, siempre que percibimos carencia podemos entender que nos hemos desplazado al terreno de la ilusión, que toda falta que percibimos sólo evidencia que nuestra conciencia ha sufrido una limitación causada por falta de entendimiento. (Toda falta a la que doy veracidad, revela mi “falta de visión”).


Si esto es así, si toda falta, todo error, revela nuestra “falta de entendimiento”, nuestro “error de percepción”, un déficit que alimenta el déficit que estoy percibiendo, vemos que lo que aparece en nuestro campo de percepción está revelando, nos está comunicando, que nos hemos alejado del sistema de pensamiento del Amor y que, por tanto, somos nosotros mismos y no ninguna circunstancia externa, los que nos estamos vetando la Realidad.


Las cualidades del Ser que compartimos, su Plenitud y el resto de atributos, pertenecen a la esfera del Amor y por tanto, son por siempre, no están sujetos a cambio. Lo que sí está sujeto a condicionamiento y preso de la fluctuación, es nuestra conciencia y es por eso, que el trabajo no hay que realizarlo fuera, sino dentro.  


Por tanto y como finalizamos el encuentro anterior, nuestra atención e intención deben estar completamente entregados a lo Real, a ese Amor que no puede ser amenazado, ni vencido, tan sólo velado. 

Esta afirmación nos lleva a la misma conclusión a la que han llegado muchas corrientes espirituales como la filosofía Vedanta Advaita o No-dualidad, según la cual la dualidad y la polaridad, esa persistente dicotomía que se refleja en el mundo físico, son sólo apariencias de complementariedad, que no de oposición, y que cuando son observadas atentamente, nos revelan en su contraste la Unidad que subyace a toda manifestación. Dice Daniel Gabarró: “la realidad no es dual sino gradual”.


La observación es el nutriente que en nuestro jardín interior, va a identificar esas “faltas” que nos abocan al conflicto, a ese tira y afloja por el que nos centramos en lo deficitario dejando pasar desapercibida, la abundancia real que hay detrás de la carencia. 

Así es como podemos pasar de una visión dual a una basada en la Unidad, y como bien explicaba Antonio Blay: “Lo que llamamos defectos en sólo un insuficiente desarrollo en nosotros de las tres cualidades y por lo tanto, no tiene sentido luchar contra los defectos”.

 

Si aquello que se manifiesta como ausencia de las cualidades reales que todos poseemos es sólo ilusión, cuando lo atacamos, lejos de vencerlo, le prestamos atención y aumentamos su poder, es más, nos dejamos llevar por su oscuridad y perdemos de vista la verdad de lo que es el otro y de lo que somos nosotros. Esta percepción está gobernada por el miedo y no por el Amor simplemente porque hemos decidido luchar contra “molinos de viento” en vez de emplear nuestra energía y voluntad en luchar a favor de lo que sí existe y por tanto merece nuestra atención, merece la pena. 


Blay propone ejercitar nuestra energía, inteligencia y afectividad, trabajar en aumentar su potencial amoroso, de forma que al aumentar su potencial, su “Luz”, desaparezca todo aquello que lejos de precisar ataque, necesita ser observado, aceptado y trascendido. Recordemos lo que postula UCDM: “Todo ataque percibido es en realidad una petición de Amor”, pongamos el nutriente que falta a cada situación y dejemos de alimentar la falta u oscuridad.

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