La Senda del Unicornio 1er trimestre 19-20 El Unicornio Azul
El
unicornio azul 9 de octubre de 2019
El Unicornio Azul regresa para inspirarnos, para descubrir nuevas
formas, ideas, pensamientos…., así es como nos invita a la
reflexión, a la meditación y al silencio, pues sabe que en la
quietud es cómo surge nuestra verdadera voz.
La sabiduría es común a
todos los seres, su expresión varía según culturas y hoy viajamos
hasta Japón para comprobar que su filosofía de vida comparte
aspectos comunes con la visión espiritual de occidente. Hoy hablamos
de Wabi Sabi.
Wabi-sabi
es un término que procede del taoísmo, de la China de la dinastía
Song entre los años 960 y 1279. Posteriormente se transmitió al
budismo zen y abarca conceptos tales como la austeridad y la
simplicidad, lo transitorio, la impermanencia y el deterioro, la
belleza y lo natural, lo incompleto, la imperfección y la elegancia.
En definitiva, nos invita a la contemplación
de la naturaleza y la aceptación de su continuo ciclo de nacimiento,
crecimiento, decadencia y muerte.
El
término wabi procede de wa, que alude a la armonía y a la
serenidad. Una persona wabi sería aquella que está libre de
codicia, indolencia e ira y que comprende la sabiduría de la
naturaleza. El término sabi significa “la flor del tiempo”, y se
refiere a la decadencia y degradación a la que todo en este mundo
está sometido. Unidos ambos términos, aluden a la belleza que
resulta de todo aquello que es imperfecto e inacabado por naturaleza.
Si
le preguntas a un japonés que es wabi-sabi, seguramente no sabrá
definirlo, porque para ellos es una forma de ver el mundo que está
completamente integrada en su vida. Se trata de una mirada que
propicia un estado mental de serenidad y aceptación, sobre todo, en
lo que respecta al paso del tiempo, al envejecimiento y a la
imperfección que es vista como algo bello y natural.
Que
algo tenga o sea “wabi-sabi” significa que es bello a pesar de
sus defectos. Que se nombre el término “wabi-sabi” puede suceder
en momentos de profunda contemplación y admiración por lo que se
está percibiendo.
El
wabi sabi fue introducido en la ceremonia del té, al renunciar al
uso de piezas lujosamente ornamentadas y escoger instrumentos más
rústicos e imperfectos, con el fin de adquirir conciencia de las
fuerzas naturales que acompañan a los objetos de cerámica
utilizados en la ceremonia. De este modo, nos ayudan a aceptar el
poder de la naturaleza y así, abandonar el dualismo que nace de la
creencia de pensar que estamos separados de nuestro entorno.
El
wabi-sabi nos recuerda nuestra posición en el mundo como partes de
un todo que se experimenta a sí mismo en diversas formas y que está
a merced del natural paso del tiempo. Las abolladuras, las grietas,
las formas desiguales de los objetos, así como las arrugas, las
canas, todos los signos de envejecimiento, son apreciados como una
belleza que procede de un maravilloso proceso que debemos aprender a
amar, pues es inherente a la grandeza de esta vida terrena.
Lejos de
perseguir un ideal de perfección que nos conmina al apego y a la
necesidad de preservar aquello que nos resulta completo, el Wabi Sabi
nos invita a la alegría que procede del cambio y el crecimiento, de
estar en constante evolución, sin necesidad de expectativas y
abrazando así lo pasajero, aunando así lo efímero y la
trascendencia en un presente gozoso y agradecido.
El
Unicornio Azul se despide con este poema de Sophí Kara que apuesta
por lo natural. Hasta pronto
Elegid
la naturaleza
La
elección es ineludible,
no
se puede tener todo.
La
comodidad tiene un precio
muy
alto.
La
civilización domestica
con
hábitos que envilecen
y
sacrifican
la
naturaleza
y
la verdadera esencia
del
Ser aleja
impasible,
sin conciencia.
La
Tierra dignifica,
invoca
al Espíritu silvestre
y
le insufla
su
entereza.
Una
nueva existencia
propone,
lo
que es imposible…
..
comienza..
El
unicornio azul 16 de octubre de 2019
El Unicornio Azul sabe que el talento no sabe de sexos, que en cada
ser habita un creador, un artista que si encuentra el canal apropiado
para expresarse, dejará una huella indeleble que algo tan frágil
como el tiempo, no podrá borrar.
María
Gorska es una niña rusa de 13 años que de la mano de su abuela,
contempla una obra de arte. Están en Italia y es el año 1911 y en
ese instante, la niña descubre una pasión por la pintura que la
convertirá en la inolvidable Tamara de Lempicka.
A los 18 años, esa niña de
origen acomodado, se casa con un abogado polaco con el que se
traslada a vivir a París. De Tadeusz Lempicki, se queda el apellido
y 13 años de matrimonio durante los cuales Tamara se forma como
artista y trabaja sin descanso para vender sus obras y de ese modo,
sobrellevar las penurias económicas.
Tras su divorcio, conoce a
Raoul Kuffner, un barón admirador y coleccionista de su obra, con el
que se casa y marcha a Estados Unidos, donde consigue cumplir una de
sus mayores ambiciones: fama y posición entre la alta burguesía de
N.Y.
La mayor parte de su obra
artística se corresponde con el Art Déco, un movimiento que supo
englobar diversos estilos de principios del siglo XX. Lo podemos
identificar por el uso de formas fraccionadas y geometrizadas,
cristalinas, con bloques cubistas, rectángulos…, aplicadas tanto
en pintura, como arquitectura…, incluso en la industria del
calzado.
Su obra pictórica se centra
en retratos sobre todo, femeninos, en ellos podemos observar
sensualidad, elegancia y mucho glamour. Sus mujeres nos sugieren
independencia y poder, son más corpulentas que estilizadas, seres
casi etéreos, desinhibidos, de una belleza incuestionable. Visten
ropas refinadas y peinados a la última moda, conducen automóviles
elegantes, viven en un universo donde la mujer es claramente visible,
importante.
Ella mismo afirmó: “Cada
uno de mis cuadros es un autoretrato”, por lo que cada obra era una
autoafirmación de la imagen que quería proyectar en su mundo: una
mujer hermosa, con talento, fuerte, independiente, ambiciosa,
irreductible.
Indudablemente Tamara se
adelantó a su tiempo, nos dejó un legado que reivindica la
presencia e importancia de la mujer en la sociedad. Como no podía
ser de otro modo, tras su muerte en México a los 82 años de edad y
por deseo de la artista, sus cenizas fueron arrojadas al volcán
Popocatépetl, que como ella, nunca estuvo inactivo.
Símbolo de la mujer liberada,
voluptuosa y autosuficiente. Retrató su particular estilo de vida y
triunfó gracias a su constancia y astucia. Ella misma afirmaba que
“No hay milagros. Sólo hay lo que cada uno hace”.
El
Unicornio Azul y Sophí Kara no niegan los milagros, pero entienden
que como afirmaba la artista, sí que dependen de nuestra voluntad. Y
se despiden con un poema titulado “Vive en mí” de Inés Ramón.
Hasta pronto.
Llevo
dentro una Amazona antigua
que
lucha
cuando
yo me desmayo. Sostiene en alto las bridas
de
un corcel que vuela entre las sombras. Cuando callo,
ella
grita
en
la densidad de la noche,
avanza
palpando los cristales, desmintiendo cada pesadilla
que
late en el espejo.
Es
la gota de lluvia que nace a cada instante,
derrumba
sin estruendo las celdas
mezquinas
de
la carne:
sus
dedos invisibles acarician
las
cicatrices del cielo.
Cuando
yo hablo de ruinas,
ella
extiende su furia sobre el viento
y
abre de par en par
las
jaulas de la vida.
Cuando
todo me niega, ella quiebra la escarcha,
amputa
la fragilidad,
edifica
en
el relámpago.
El
unicornio azul 23 de octubre de 2019
El
Unicornio Azul comprende que la confianza en uno mismo es esencial
para alcanzar los objetivos que nos proponemos, pero también sabe
que el ser humano en ocasiones, se deja llevar por su ego y olvida la
Unidad de la que procede.
Hay
trastornos que no son considerados como tales, dada la cantidad de
personas que los sufren. Nos acostumbramos a comportamientos
habituales y repetitivos, cuando en realidad merecen ser cuestionados
y sobre todo, corregidos. Hoy hablamos del Síndrome de Hubris.
Hubris
es un término que viene del término griego hybris que significa
"desmesura".
El
síndrome de Hubris es aquel que sufren sobre todo, personas que
ostentan algún tipo de poder y éste, por decirlo de forma
coloquial, se les sube a la cabeza.
En la
Grecia clásica la hibris era considerada como motivo de castigo
divino y según contaba Heródoto, historiador y geógrafo: "Puedes
observar cómo la divinidad fulmina con sus rayos a los seres que
sobresalen demasiado, sin permitir que se jacten de su
condición...puedes observar también cómo siempre lanza sus dardos
desde el cielo contra los mayores edificios y los árboles más
altos, pues la
divinidad tiende a abatir todo lo que descuella en demasía".
Se
cree que el origen procede del teatro griego, refiriéndose sobre
todo a aquellos actores que robaban escenas a otros para destacar
sobre ellos. Aplicado a nuestra era tecnológica, podríamos
asimilarlo al término “chupacámaras”.
Pero lo
que en principio parece no tener mayor importancia, según algunos
expertos, podría catalogarse como un trastorno de la personalidad
que puede llegar a afectar gravemente a las relaciones sociales y a
una percepción del mundo alejada de la realidad. Entres los rasgos
característicos de este síndrome se encuentran la prepotencia y el
narcisismo.
El
narcisismo es una patología que se define porque el que lo padece,
tiene un exagerado amor por sí mismo, se gusta tanto que distorsiona
la realidad hasta el punto de creer que sólo su opinión es la
correcta. Esto le lleva a considerar como enemigo a todo aquel que le
contraría y a despreciar todo lo que no proceda de sí mismo.
Como
podemos imaginar, esta actitud conduce a tomar decisiones erróneas
que en el caso particular del desempeño de cargos políticos, puede
conducir a situaciones desastrosas de magnitudes tales que, una vez
ocasionadas, poco podemos hacer para enmendarlas.
Sería
deseable que los sistemas gubernamentales crearan los medios
necesarios no sólo para alertar de este tipo de comportamientos en
sus dirigentes, sino para que una vez detectados, fueran
neutralizados a tiempo.
En todo caso, el tratamiento
de choque para alguien que padezca de este síndrome, sería en
principio, la pérdida de poder y luego, una buena cura de humildad.
Un buen líder sin duda, es
aquel que sabe escuchar y aceptar opiniones ajenas, que ejerce la
autocrítica y la consulta de sus decisiones, sin ningún temor a ser
supervisado.
El Unicornio Azul anima al
ejercicio de la transparencia, tanto en términos políticos como
personales, muchas veces menos es más y ser capaces de disminuirnos
a veces, nos engrandece. Sophí Kara se despide con este poema.
Donde
está la entereza,
donde
la honestidad,
donde
el valor y la fuerza….
Donde
dejaste tu alma
descosida.
Donde
vive tu esperanza,
donde
tu responsabilidad,
donde
la dicha y la calma….
Donde
perdiste el norte
de
tu vida.
Donde
te contradices,
donde
obvias la verdad,
donde
lanzas y huyes…
Donde
solo escupes tus
diatribas.
Donde
todo a tu medida,
donde
a nada te das,
donde
a nadie escuchas….
Donde
todos te soportan
de
mentira.
El
unicornio azul
30 de octubre de 2019
El Unicornio Azul escucha voces que perduran a través del tiempo,
comprueba que no hay limitación capaz de acallarlas y que,
inevitablemente, la verdad del Amor y su mensaje, nunca caerán en el
olvido.
Cayetano Arroyo es un ejemplo
de ello. Puso en sus escritos la voz de Abul Beka, para expresar de
forma magistral el mensaje de Amor que une y reconcilia, que sana y
trasciende, que nos ayuda a sobrellevar los conflictos y la oscuridad
de la que proceden, para despejar la Luz que vive en todos nosotros.
Cayetano Arroyo Flores, fue
escritor y profesor de dibujo en un instituto de Ronda. Sus dibujos
de carácter onírico y simbólico, nos deslumbran con sus colores e
imágenes plagadas de magia y naturaleza. Partió de este mundo en
1991, a los 38 años de edad, dejando un cúmulo de enseñanzas
plenas de sabiduría y profundidad, tan valiosas como desconocidas.
Entre sus numerosos libros,
destaca Diálogos con Abul Beka, personaje que le sirvió de
inspiración para difundir un mensaje de amor que nos recuerda a
pensadores y místicos de la talla de Gibran Khalil Gibran o
Rabindranath Tagore.
Podemos imaginar a Cayetano
paseando por la ciudad malagueña de Ronda, frente al minarete de San
Sebastián, sentado en un banco en la plaza Abul Beka. Cayetano se
traslada al año 1200, cuando el poeta musulmán nace en Ronda para
regalarnos sus hermosos versos, en los cuales se lamenta de la caída
en manos cristianas de las principales ciudades del Al-Andalus. Decía
el poeta respecto a lo mudable de la vida:
“Es
la vida transitoria un caminar sin reposo al olvido;
plazo breve a toda gloria
tiene el tiempo presuroso concedido.”
Cayetano
sucumbió a los encantos de Abul Beka y nos ha dejado unos textos de
naturaleza espiritual que destilan un conocimiento extraordinario de
la naturaleza del Ser y de la conciencia divina. En cuanto al tema de
la impermanencia frente a aquello que nunca cambiará, nos dejó
perlas como esta:
“Sí,
este viento de otoño que mueve mis palabras se irá. También se
irán estos árboles, y estas piedras cambiarán. Y las estrellas de
los cielos habrán andado un poco. Pero mi corazón no pasará. Ni
pasará mi amor por mis hermanos los hombres, hasta que cada uno de
ellos esté en mí, como yo estoy en ellos”.
“Yo
soy tú mismo”, “El lenguaje de la vida”, “Vívete”,
“Nosotros”….., son los títulos de algunos libros en los que
podemos descubrir el poderoso mensaje que Cayetano Arroyo dejó como
legado. En internet encontramos un espacio en homenaje a su obra,
donde podemos acercarnos a una figura que merece ser descubierta.
“SI BUSCAS LA PAZ… HAZLA DENTRO DE TI. Toma de todos los maestros Lo bueno que te puedan dar. Cuida de no crearte ídolos, quien se queda en la forma, rara vez ahonda en el contenido. Si te das, no olvides dar las gracias a aquél que te permitió dar.”
La
voz de Cayetano nos cautiva y alienta. El Unicornio y Sophí Kara se
despiden con ella y con el deseo de que su silencio sea fértil.
Hasta pronto.
“Sepas
lo que sepas, guarda silencio. A nadie enseñarás nada más de
aquello que sabe.
Y si amplía su saber
tomándolo de ti sin estar preparado, será un saber superficial en
él y sin fondo.
La sabiduría no se regala,
se trabaja en el roce con la vida y el sacrificio cotidiano.
A aquellos que debas
decirles algo, la misma vida los pondrá parejos a tu camino, y
andando, los enseñarás a andar.”
El
unicornio azul 6 de noviembre de 2019
El Unicornio Azul ama la naturaleza porque eso es lo que somos y nos
invita no sólo a respetarla y cuidarla, sino también a presenciarla
y disfrutarla, a sentir esa conexión vital, ese latido que nos une y
que a veces, nos pasa desapercibido.
A
principios de los 80, en Japón pusieron nombre a algo tan corriente
y ordinario como el salir a pasear por el bosque. Una actividad que
todos hemos realizado alguna vez en nuestras vidas y que reconocemos
como beneficiosa, los japoneses la han elevado tanto, que forma parte
de su programa de salud nacional, asignándole el nombre de
Shinrin-yoku, que viene a significar “baño de bosque”.
Fieles al espíritu de la
filosofía Wabi Sabi, el estilo de vida nipon nos propone la
contemplación de la belleza y búsqueda del sosiego y la quietud a
través de una inmersión a pie en el bosque: disfrutar del canto de
los pájaros, del sonido del agua al fluir por el cauce del río, a
deleitarse con la fragancia del verde recién mojado, con el
contraste de los colores del paisaje…..
El estrés producido por el
excesivo uso de la tecnología en el País del Sol Naciente,
encuentra solución en el hecho de que dos terceras partes de su
territorio es superficie forestal y de que además, las creencias
religiosas mayoritarias, sintoísmo y budismo, es que los bosques son
el reino de lo divino.
Según numerosos estudios
científicos esta terapia ha demostrado ejercer un efecto positivo
sobre el vigor, disminuyendo la ansiedad, la fatiga y la
irritabilidad. Se dice que también mejora la memoria a corto plazo y
ayuda a relativizar las inquietudes y problemas que nos agobian.
Estos efectos se deben en
gran medida a los fitoncidas, aceites naturales que producen los
árboles para defenderse de hongos, bacterias e insectos. Son
sustancias que podemos aspirar cuando paseamos entre los árboles y
que benefician nuestro sistema inmunológico, aumentando también
nuestro nivel energético.
La Asociación de Terapia de
Bosque y Naturaleza de Estados Unidos, nos aconseja cumplir una serie
de condiciones para que el beneficio del paseo sea el mayor posible:
estar presente y conectado con los cinco sentidos durante el paseo,
ir despacio (recorrer no más de kilómetro y medio entre dos dos a
cuatro horas), convertirlo en una costumbre periódica y sobre todo,
disfrutar del mismo, permitiéndonos hacer paradas, o sentarnos a
observar, e incluso interactuar de forma amorosa y respetuosa, con
cualquier habitante del bosque que espontáneamente, nos invite al
placer de su compañía.
En España contamos con bosques maravillosos para poder empaparnos de la abundancia y grandeza que nos proporciona la naturaleza. En las ciudades contamos con parques y zonas verdes que nos invitan a la calma y al reposo. Si no podemos ir al bosque, siempre tenemos la opción de abrazarnos a un árbol.
El Unicornio Azul y Sophí
Kara se despiden con un poema dedicado a esos compañeros
maravillosos que llamamos árboles. Hasta pronto.
Enarbolada
Soy
tronco sobre tu tronco,
de
madera es mi almohada,
en
ella anidan oníricas,
traviesas
criaturas aladas.
Soy
rama que encaramada,
empina
y apura tu copa,
para
embriagarme con el aire,
que
te empuja y te da forma.
Soy
hoja sedienta de vuelo,
ávida
de viento y acrobacias.
Soy
cielo en las alturas,
y
bajo tu sombra, soy agua.
Soy
la ignorante savia
que
sube hasta tu regazo,
soy
raíz enarbolada,
que
se entrega y que se funde
en
un abrazo.
El
unicornio azul 13 de
noviembre de 2019
El Unicornio Azul entiende que nos sintamos atraídos hacia el
misterio. El misterio gobierna nuestras vidas y no hay vida que no se
haga preguntas y que en su interior, no conozca ya todas la
respuestas.
Hay
lugares de belleza incuestionable que nos ofrecen incógnitas por
resolver. En la nacional 330 entre Sabiñánigo y Jaca, encontramos
un desvío a la izquierda que nos lleva a un lugar llamado Orante,
donde en lo alto de un cerro conocido como Cerrestión, se alza una
humilde ermita: la Ermita de San Benito.
Desde
el Cerrestión podemos disfrutar de una vista de 360º sobre el valle
de Aragón y de Tena, pudiendo llegar a divisar hasta 42 pueblos del
Pirineo. Estamos en Orante, un topónimo que nos sugiere oración y
recogimiento, un lugar en medio de todo y de nada donde sólo habitan
5 personas, que llegan a recibir a lo largo del año a más de 3000
visitantes de cualquier país del mundo.
Lo
que atrae a todas esas personas que visitan Orante, no son sólo las
impresionantes vistas que podemos disfrutar cuando subimos la
empinada cuesta que lleva a la ermita, sino que es la propia Ermita
de San Benito la que nos llama a una experiencia que se vive en
aislamiento y que es tan emocionante e íntima que suele quedar
reservada a quién la vivió.
Subimos
la cuesta y allí saludamos a Antonio, vecino y Alcalde de Orante que
lleva años como guía y anfitrión de la curiosa ermita. Con una
sonrisa en los labios nos recibe para contarnos que fue en el Siglo
XI cuando fue cristianizada por los Benedictinos. Nos habla de su
posición como punto de encrucijada de otros cuatro templos
benedictinos en España: Monasterio de Leyre, el de San Juan de la
Peña, Ermita de San Benito de Erata y la de Santa María de
Ballarán. Si unimos los cuatro, se forma una cruz cuya intersección
es San Benito de Orante.
Antonio
nos cuenta que análisis científicos datan sus primeras piedras a la
época prehistórica. Se cree que fue un lugar de culto pagano al Sol
y que pudo ser utilizado como herramienta astronómica. De hecho, en
su cara oeste, posee un ventanuco que fue cegado en el Siglo XVIII,
y cuyas piedras laterales están inclinadas de forma que en la
izquierda se reflejan los equinoccios de otoño y primavera y en la
derecha, el solsticio de verano.
Este
lugar ha sido objeto de atención de programas dedicados al misterio,
entre ellos Cuarto Milenio, debido a las variaciones geomagnéticas
detectadas en diversos puntos alrededor y dentro de la construcción
y a testimonios de personas que sufrieron diversos síntomas físicos
y mentales en su interior.
Otra
curiosidad procede de un hecho que Antonio cuenta con emoción
enseñando unas fotos de un día de nieve para que veamos que la
ermita nunca acumula nieve a su alrededor.
Cuando
le pregunto a Antonio que tal lleva las inclemencias del tiempo allí
arriba, se cruza de brazos y le quita importancia; le hablo de lo
feliz que se siente haciendo esta labor y me responde “es que
cuando algo te toca...” y el brillo de sus ojos me muestra su niño
interior, inocente y apasionado.
El
Crismón de San Benito es muy diferente a los que encontramos en
otras ermitas del Pirineo, una pirámide con una cruz encima, nos
habla de que el umbral que cruzamos nos lleva a la muerte. La muerte
para los cristianos es resurrección, el nacimiento a una vida nueva.
Dicen que recogerse en San Benito, aunque sea sólo por los 5 minutos
que Antonio cronometra, puede resultar una vivencia transformadora.
En
cualquier caso, el Unicornio Azul sabe que todo está dentro del Uno
al que pertenecemos y que si hay un lugar sagrado donde la alquimia
es posible, no es otro que nuestro propio interior. Sophí Kara se
despide con este poema que le dedicamos a Sonia por hablarme de este
maravilloso lugar y a Antonio, por cuidar de él.
Caminante
en movimiento
orante
en reposo y emoción,
Caminante
en sentimiento,
orante
en gozo y devoción.
Sus
pasos le elevan hacia el misterio,
misterio
de piedra y brújula,
de
coordenada,
misterio
en alineamiento,
de
encrucijada.
Qué
camino el Caminante,
qué
decide al ser Orante….
¿Traspasará
el umbral
donde
el Crismón revela
un
deseo honesto de transmutación?
Un
resguardo al cobijo
de
una fuerza que magnética,
reverdece
e ilumina primaveras
gestando
un solsticio
que
ignora saetas,
que
sana y libera, que transforma,
y
acontece,
en
la oscuridad más luminosa.
El
unicornio azul 20 de
noviembre de 2019
El Unicornio Azul no está limitado a tiempo ni espacio alguno, sin
embargo es consciente de que Kronos, ese tirano que se mide en horas,
minutos, segundos…., es un misterio que condiciona nuestra
experiencia terrena y que puede ser vivido desde distintas
perspectivas.
Hoy
vamos a conocer un tiempo distinto: el tiempo Kairós
“Un
peregrino en su ruta se cruzó con un pueblo y a la entrada del
pueblo estaba ubicado el cementerio, se acercó curioso a mirar las
tumbas y se encontró que en todas las tumbas la edad de los
fallecidos eran muy jóvenes, 2 años, 5, 8, 10…¿Qué había
pasado en este pueblo para que la gente muriera tan joven?
Se
acercó preocupado al centro del pueblo y se percató que los vecinos
eran muy ancianos y curioso les preguntó: ¿qué ha pasado con los
niños? Los vecinos con una sonrisa le dijeron que nada, en este
pueblo la gente siempre fallecía muy anciana, simplemente cada uno
de ellos conservaba un libro y apuntaba aquellos momentos que de
verdad eran experiencias vividas y que en la tumba solo aparecía el
tiempo que de verdad has vivido, el tiempo de calidad, el tiempo
Kairós.”
En
la Antigua Grecia tenían dos palabras para definir el tiempo: una
era el Kronos como tiempo cronológico, ese compañero implacable que
nos recuerda la finitud y la brevedad de nuestra vida. Y por otro
lado Kairós, como tiempo de calidad en el que estás inmerso tan
plenamente en la experiencia, que no sabes ni qué hora es.
El
mindfulnes es una de las disciplinas que nos ayudan a mantener una
atención plena en el presente precisamente con el fin de que
alcancemos el Kairós. Las expresiones tempus fugit o vita brevis,
que aluden a ese tiempo que se escapa rápidamente, quedan relegadas
a través del Kairós.
El
autor estadounidense Eric Charles White lo define como «el instante
fugaz en el que aparece, metafóricamente hablando, una abertura que
hay que atravesar necesariamente para alcanzar o conseguir el
objetivo propuesto. Según este punto de vista, podríamos verlo como
la puerta de acceso a un presente que se vive con una intensidad tal
que se pierde la noción de un tiempo que nos consume, para descubrir
una nueva percepción
que nos habla de eternidad y trascendencia.
En
la teología cristiana el Kairós se considera como “tiempo de
Dios” como hora señalada o momento decisivo para el cumplimiento
del propósito divino.
Un
Curso de Milagros nos habla del instante santo, ese instante que nace
de una firme decisión que tomada en libertad, nos traslada a la
vivencia del perdón para así, trascender el conflicto y abrazar el
Amor.
La
mitología griega apunta que Kairós era nieto de Kronos, por tanto,
heredero del tiempo, una divinidad con pies alados que va y viene
incansablemente, uniendo dos mundos a cada instante.
El
Unicornio Azul apuesta por vivir conscientemente, reconciliando
opuestos, acercando posiciones, abrazando la contradicción de un
tiempo que esconde el acceso a una eternidad que paciente, nos
aguarda. Y se despide con este poema de Rubén Martínez, nuestro
invitado en la Vida es Bella.
El
aliento se estremece
en
un segundo.
La
respiración contiene
en
la fugacidad de un suspiro,
la
inmensidad del universo.
En
silencio me suceden
los
misterios
que
el corazón retiene.
Ante
la soledad inspiro
una
necesidad en verso.
La
nada me envuelve
en
un latido,
un
diapasón que mece
una
verdad que intuyo
que
en realidad, es sueño.
El
unicornio azul 27 de noviembre de 2019
El
Unicornio Azul sabe que detrás de la maldad humana, se esconde una
ignorancia de lo que se es. Hay personas que van más allá de la
ignorancia y saben vivir por encima del miedo y la incertidumbre.
Para ellas, la paz está por encima, pues entienden que es por la paz
que merece la pena vivir.
“Me
llamo Malala Yousafzai y soy una activista, bloguera y estudiante
universitaria. Soy de Pakistán, pero ahora resido en Inglaterra. Con
diecisiete años me dieron el Premio Nobel de la Paz, siendo la
persona más joven en tenerlo gracias a que dije NO a la violencia”.
Malala
inspiró al compositor mexicano Arturo Márquez una composición
musical titulada “Alas”, que vamos a escuchar a continuación.
Malala
nació en 1997, su padre era su profesor y a ella le encantaba ir a
la escuela. En el año 2008 los talibanes tomaron el control de
Mingora, su pueblo, y prohibieron que las niñas fueran al colegio.
No
conforme con la prohibición, Malala, con tan sólo 11 años y
animada por un periodista de la BBC, comenzó a escribir un blog
donde denunciaba la terrible situación por la que estaba pasando su
pueblo. Todo cambió el día que decidió dar un discurso público
para recuperar los derechos revocados a las niñas, pues así es como
se convirtió en objetivo terrorista.
Con
sólo 15 años recibió un disparo en la cabeza que no pudo acabar
con su vida. Tras dos años de recuperación, diversas operaciones y
rehabilitación, siguió recibiendo amenazas terroristas. Malala se
trasladó con su familia a Reino Unido. En 2014 hizo la siguiente
declaración :
“Ahí
supe que tenía dos opciones: vivir una vida callada o seguir
luchando con la nueva vida que me habían dado. Lo tenía claro:
continuaría con mi lucha hasta que todas las niñas pudieran ir a la
escuela”.
Con
ayuda de su padre, creó la fundación Malala Fund con el objetivo de
garantizar a todas las niñas las oportunidades necesarias para
alcanzar el futuro que ellas mismas escojan. Esta labor fue
reconocida en 2014 cuando le fue entregado el Premio Nobel de la Paz.
En
la actualidad estudia Filosofía, Política y Economía en la
Universidad de Oxford. Su trabajo en la fundación es imparable,
“¿Todavía
crees en la magia? Yo ahora sí. Gracias a esta magia hasta hice un
discurso en la ONU. ¿La conoces? Es la Organización de las Naciones
Unidas, donde todos los países del mundo están representados. Allí
pude decir una de mi frases favoritas: un niño, un profesor, un
libro y un lápiz pueden cambiar el mundo”.
Con
este
fragmento
de
“El
lápiz
mágico”,
escrito
por
Malala
Yousafzai,
el
Unicornio
y Sophi
Kara se
despiden
con el final del discurso de Malala.
Queridas
hermanas y hermanos, seamos la primera generación que decida ser la
última. Las aulas vacías, la infancia perdida, el potencial
desperdiciado, haced que estas cosas se acaben con nosotros.
Que
sea la última vez que un niño o una niña pase su niñez en una
fábrica.
Que
sea la última vez que una niña se vea forzada a un matrimonio
temprano.
Que
sea la última vez que un niño inocente pierda la vida en una
guerra.
Que
sea la última vez que un aula se quede vacía.
Que
sea la última vez que se le diga a una niña que la educación es un
delito y no un derecho
Que
sea la última vez que un niño se quede fuera de la escuela.
Que
empecemos este final.
Que
esto se termine con nosotros.
Y
que construyamos un futuro mejor aquí y ahora.
Gracias.
El
unicornio azul 4
de diciembre de 2019
El Unicornio Azul entiende que los mitos y leyendas nos proporcionan
un escenario donde representar nuestros temores y pasiones, nuestras
dudas e incógnitas, que son fuente de inspiración y creatividad.
En
la trilogía del Baztan, las novelas escritas por Dolores Redondo,
descubrimos a un personaje de la mitología vasca cuya creencia es
anterior a la invasión romana de la Península Ibérica: el
Basajaun.
En
Zuera contamos con una formación musical que se hace llamar
“Bosnerau”, y resulta que si indagamos por el significado de este
nombre, vemos que así es como se llama al Basajaun en el pirineo
aragonés.
Resulta
que Basajaun y Bosnerau son dos nombres para un mismo personaje. Se
trata de una criatura con forma humana, de gran tamaño, y cuyo
cuerpo está cubierto de mucho pelo, su larga melena le llega hasta
los pies y tiene una pierna en forma de tronco de árbol.
Habita
en lo más profundo de los bosques y está dotado de ciertos poderes
sobre las fuerzas de la naturaleza. Conocido como el señor del
bosque, su peculiaridad y rasgo significativo es su bondad, pues es
protector de los rebaños y las cosechas, hasta el punto que a través
de sus potentes silbidos previene a los animales de la llegada de
tormentas o de la presencia de depredadores.
Dice
la leyenda que cuando todos los cencerros de un ganado resuenan al
unísono, los pastores pueden estar tranquilos pues el Basajaun está
cerca. El pastor agradecido, debe corresponder dejando atrás un
trozo de pan para compensar a su aliado.
Un
aliado que según se comenta, transmite a los humanos los secretos de
la agricultura, entre ellos la fabricación y el uso de utensilios
para aliviar su tarea.
El
Bosnerau nos recuerda al popular Yeti, hombre de las nieves, pero
esta vez, lejos de temerlo, esta criatura del bosque nos sugiere
protección y sabiduría, un guardián que hace de nuestros parajes
pirenaicos, lugares para disfrutar y relajarse, donde hallar
serenidad y cobijo frente a un mundo cada vez más incierto.
El
Unicornio Azul y Sophí Kara se suman al fenómeno Bosnerau y
recomiendan disfrutar no sólo de la maravillosa naturaleza que nos
rodea, sino también de la música que los invitados de hoy en La
Vida es Bella, crean para evocar nuestras raíces y acordes más
auténticos. Y se despiden con esta preciosa letra de “Te Seguiré
recordando” de Bosnerau.
Aquí
he llorado ante el fuego
Se
ha mojado mi espalda
He
sembrado la tierra
Construido
con piedra
Y
he conocido la suerte
De
oir el silencio
De
acompañar al viento a recordar….
Me
he mirado con los animales
Y
he dormido bajos lo árboles
He
contado mis días
Me
he sentido afortunado
He
conocido la suerte
De
colorear la luz
De
sentarme en las nubes y leer tus días
Te
seguiré recordando
Bajo
el aplomo del atardecer
Te
seguiré escuchando
En
la tonada de gaita,
seguiré
esperando
Que
bajo su canción,
tu
susurro calme mi pesar
El
unicornio azul 11 de
diciembre de 2019
El Unicornio Azul invoca a la unidad de todos los seres vivos, sabe
que en la naturaleza el ser humano puede hallar un aliado que alivia
eficazmente muchos de los trastornos derivados precisamente, de vivir
ajenos a su sabiduría.
En
China y Japón se ha respetado sin producir alteraciones en su
genética, una planta cuya raíz ha demostrado poseer unas
propiedades muy eficaces para la sanación de cuerpo y mente. Hoy
hablamos del Kuzu.
El
kuzu es la raíz de la planta Pueraria lobata, puede llegar a pesar
hasta 90 kilos y medir 2 metros de altura y su aplicación tanto en
cocina como en medicina china y japonesa, se remonta a más de 2000
años.
Para
obtenerlo, se muele la raíz y la harina obtenida se lava con agua
fría hasta que transparenta. Luego se inicia un proceso de secado y
reposo que se prolonga durante varias semanas.
En
la cocina se utiliza como espesante en sopas o salsas, se disuelve en
frío y se añade a la cocción con el resto de ingredientes. Cinco
gramos de kuzu equivaldrían a 15 gramos de harina de maiz.
Respecto
a su uso con fines medicinales, se disuelve en agua fría y se
procede a calentarlo sin llegar a hervir hasta adquirir una textura
espesa que se puede consumir directamente o mezclada con el líquido
que más nos apetezca. Su sabor es completamente neutro y no posee
efectos secundarios, pero inevitablemente, su ingesta afecta a
nuestro sentido del tacto al tratarse de una textura gelatinosa.
Lo
interesante del kuzu es el gran abanico de remedios que nos
proporciona, desde insuficiencias cardíacas hasta problemas
gástricos. En cuanto a lo digestivo, combate la acidez, promueve las
bacterias digestivas beneficiosas, desinflama y ayuda al tránsito
intestinal sea cual sea el problema que tengamos.
También
es útil para aliviar los resfriados con fiebre, el dolor muscular,
los síntomas de las menopausia y de la diabetes, pues disminuye los
niveles de azúcar en sangre.
Es
indicado para el tratamiento de adicciones tóxicas, pues inhibe el
impulso de ingerir drogas. Reduce la presión arterial, elimina las
migrañas y trata ciertas sorderas causadas por la mala circulación,
debido a su alto contenido en flavonoides con propiedades
antiinflamatorias y antimicrobianas.
Estamos
ante
un ingrediente fundamental en la dieta macrobiótica por su
neutralidad energética. Contribuye a una dieta consciente y
equilibrada que abarca tanto lo físico como lo emocional.
El
Unicornio se despide con este poema de Sophi Kara, que se suma a los
consejos de Ramiro Calle que hemos comentado en Senderos de Luz en
cuanto a frenar nuestra actividad, buscando una quietud que sana y
transforma. Hasta pronto,
No
hacer nada
Para
la saeta del reloj,
cesa
en el empeño
de
tu maquinaria empecinada.
Baja
la guardia,
deja
la cuerda caer en el olvido,
para
simplemente ser.
Observa
el paisaje fuera
del
marco limitado y temporal,
de
la artificial construcción
donde
habita un calendario
carcelario,
una agenda
que
en su frenética actividad
vacía
los sentidos.
Devora
la auténtica
vida
que ahí fuera,
generosa
y fértil,
te
espera.
El
Unicornio Azul 18 de diciembre de 2019
El
Unicornio Azul observa las múltiples y diversas formas de expresión
que los seres humanos tenemos para transmitir y conectar con nuestros
congéneres. El cine, considerado como el séptimo arte, nos ha
regalado momentos entrañables a través de historias que son
atemporales.
El
director de cine Frank Capra, realizó obras siempre positivas y
reconfortantes. Gustaba de historias cercanas que elevaran el
espíritu y engrandecieran al ser humano. Según Guillermo Callejo,
articulista de Cinemanet: su “magia” se debía a que tenía
coraje para retratar el mal y sencillez para advertir y ensalzar el
bien. Hoy recomendamos “Qué bello es vivir”.
La
película “Qué bello es vivir” se ha convertido en un clásico
navideño, un film entrañable basado en el cuento “El mayor
regalo” de Philip Van Doren Stern. Relato y película difieren en
numerosos detalles pero desde luego coinciden en su mensaje central:
“Tenías concedido el mayor regalo de todos, el don de la vida, de
ser parte de este mundo y tomar parte en él”.
La
acción comienza en la Nochebuena de 1945, cuando George, un humilde
hombre de negocios decide suicidarse. Clarence, su ángel de la
guarda, bajará a la tierra para impedirlo. Iba a ser protagonizada
por Cary Grant, pero finalmente fue James Stewart quien se puso en la
piel de George Bailey, siendo su primer trabajo tras regresar de la
2ª guerra mundial, donde participó como piloto de bombardeo.
A
pesar de que en su estreno no obtuvo los resultados de taquilla que
se esperaban, está considerada por el American film institute, una
de las 100 mejores películas de la historia del cine americano.
El
mismo año de su estreno obtuvo un Óscar por la introducción de una
innovación técnica, el uso de espuma química para simular la
nieve, pues curiosamente la cinta se rodó durante una ola de calor
que obligó a suspender el rodaje durante un día para que el equipo
se recuperase.
Otra
curiosidad, teniendo en cuenta la temática inocente de la cinta, es
que la escena del beso fue llevada con tanta pasión por sus actores
protagonistas, que no pasó la censura y tuvo que se recortada.
Por
último, comentar que el propio Frank Capra, orgulloso de su película
y sobre todo de su mensaje, proyectó cada Navidad esta película
para su familia.
El
propósito de Clarence, el singular ángel de la guarda de George
Bailey, es insuflarle fuerzas para que pueda seguir adelante con su
vida, pues si lo consigue, el podrá obtener las alas que todavía no
le han sido concedidas.
El
Unicornio Azul desea que estas navidades todos seamos un poco
Clarence, que consigamos abrigar el corazón de quiénes nos rodean
porque no hay nada mejor que amar para sentir que vuelas. Sophí Kara
se despide con esta poesía y nos desea un año nuevo volátil y
feliz. Hasta pronto.
Vuela,
ama
fluye
libre,
despliega
al fin tus alas
aquellas
que descosiste
al
tratar de separarlas
de
ese alma que pervive en ti.
Remonta
el vuelo
sin
miedo,
nada
podrá impedirte
regresar.
Regresa
ya,
el
sendero es un surco
que
sólo tu
puedes
trazar,
que
sólo tú has de experimentar.
Nada
ni nadie podría
calzar
tu voluntad,
no
hay deseo mayor
que
el propio,
ni
mayor dicha
que
conocer tu vuelo.
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