La Senda del Unicornio 1er trimestre 19-20 El Unicornio Azul


El unicornio azul                                                                                                 9 de octubre de 2019

El Unicornio Azul regresa para inspirarnos, para descubrir nuevas formas, ideas, pensamientos…., así es como nos invita a la reflexión, a la meditación y al silencio, pues sabe que en la quietud es cómo surge nuestra verdadera voz.

La sabiduría es común a todos los seres, su expresión varía según culturas y hoy viajamos hasta Japón para comprobar que su filosofía de vida comparte aspectos comunes con la visión espiritual de occidente. Hoy hablamos de Wabi Sabi.

Wabi-sabi es un término que procede del taoísmo, de la China de la dinastía Song entre los años 960 y 1279. Posteriormente se transmitió al budismo zen y abarca conceptos tales como la austeridad y la simplicidad, lo transitorio, la impermanencia y el deterioro, la belleza y lo natural, lo incompleto, la imperfección y la elegancia. En definitiva, nos invita a la contemplación de la naturaleza y la aceptación de su continuo ciclo de nacimiento, crecimiento, decadencia y muerte.
El término wabi procede de wa, que alude a la armonía y a la serenidad. Una persona wabi sería aquella que está libre de codicia, indolencia e ira y que comprende la sabiduría de la naturaleza. El término sabi significa “la flor del tiempo”, y se refiere a la decadencia y degradación a la que todo en este mundo está sometido. Unidos ambos términos, aluden a la belleza que resulta de todo aquello que es imperfecto e inacabado por naturaleza.
Si le preguntas a un japonés que es wabi-sabi, seguramente no sabrá definirlo, porque para ellos es una forma de ver el mundo que está completamente integrada en su vida. Se trata de una mirada que propicia un estado mental de serenidad y aceptación, sobre todo, en lo que respecta al paso del tiempo, al envejecimiento y a la imperfección que es vista como algo bello y natural.
Que algo tenga o sea “wabi-sabi” significa que es bello a pesar de sus defectos. Que se nombre el término “wabi-sabi” puede suceder en momentos de profunda contemplación y admiración por lo que se está percibiendo.

El wabi sabi fue introducido en la ceremonia del té, al renunciar al uso de piezas lujosamente ornamentadas y escoger instrumentos más rústicos e imperfectos, con el fin de adquirir conciencia de las fuerzas naturales que acompañan a los objetos de cerámica utilizados en la ceremonia. De este modo, nos ayudan a aceptar el poder de la naturaleza y así, abandonar el dualismo que nace de la creencia de pensar que estamos separados de nuestro entorno.

El wabi-sabi nos recuerda nuestra posición en el mundo como partes de un todo que se experimenta a sí mismo en diversas formas y que está a merced del natural paso del tiempo. Las abolladuras, las grietas, las formas desiguales de los objetos, así como las arrugas, las canas, todos los signos de envejecimiento, son apreciados como una belleza que procede de un maravilloso proceso que debemos aprender a amar, pues es inherente a la grandeza de esta vida terrena.
Lejos de perseguir un ideal de perfección que nos conmina al apego y a la necesidad de preservar aquello que nos resulta completo, el Wabi Sabi nos invita a la alegría que procede del cambio y el crecimiento, de estar en constante evolución, sin necesidad de expectativas y abrazando así lo pasajero, aunando así lo efímero y la trascendencia en un presente gozoso y agradecido.
El Unicornio Azul se despide con este poema de Sophí Kara que apuesta por lo natural. Hasta pronto
Elegid la naturaleza

La elección es ineludible,
no se puede tener todo.
La comodidad tiene un precio
muy alto.

La civilización domestica
con hábitos que envilecen
y sacrifican
la naturaleza
y la verdadera esencia
del Ser aleja
impasible, sin conciencia.

La Tierra dignifica,
invoca al Espíritu silvestre
y le insufla
su entereza.
Una nueva existencia
propone,
lo que es imposible…
.. comienza..


El unicornio azul                                                                                                16 de octubre de 2019


El Unicornio Azul sabe que el talento no sabe de sexos, que en cada ser habita un creador, un artista que si encuentra el canal apropiado para expresarse, dejará una huella indeleble que algo tan frágil como el tiempo, no podrá borrar.

María Gorska es una niña rusa de 13 años que de la mano de su abuela, contempla una obra de arte. Están en Italia y es el año 1911 y en ese instante, la niña descubre una pasión por la pintura que la convertirá en la inolvidable Tamara de Lempicka.


A los 18 años, esa niña de origen acomodado, se casa con un abogado polaco con el que se traslada a vivir a París. De Tadeusz Lempicki, se queda el apellido y 13 años de matrimonio durante los cuales Tamara se forma como artista y trabaja sin descanso para vender sus obras y de ese modo, sobrellevar las penurias económicas.

Tras su divorcio, conoce a Raoul Kuffner, un barón admirador y coleccionista de su obra, con el que se casa y marcha a Estados Unidos, donde consigue cumplir una de sus mayores ambiciones: fama y posición entre la alta burguesía de N.Y.

La mayor parte de su obra artística se corresponde con el Art Déco, un movimiento que supo englobar diversos estilos de principios del siglo XX. Lo podemos identificar por el uso de formas fraccionadas y geometrizadas, cristalinas, con bloques cubistas, rectángulos…, aplicadas tanto en pintura, como arquitectura…, incluso en la industria del calzado.

Su obra pictórica se centra en retratos sobre todo, femeninos, en ellos podemos observar sensualidad, elegancia y mucho glamour. Sus mujeres nos sugieren independencia y poder, son más corpulentas que estilizadas, seres casi etéreos, desinhibidos, de una belleza incuestionable. Visten ropas refinadas y peinados a la última moda, conducen automóviles elegantes, viven en un universo donde la mujer es claramente visible, importante.

Ella mismo afirmó: “Cada uno de mis cuadros es un autoretrato”, por lo que cada obra era una autoafirmación de la imagen que quería proyectar en su mundo: una mujer hermosa, con talento, fuerte, independiente, ambiciosa, irreductible.
Indudablemente Tamara se adelantó a su tiempo, nos dejó un legado que reivindica la presencia e importancia de la mujer en la sociedad. Como no podía ser de otro modo, tras su muerte en México a los 82 años de edad y por deseo de la artista, sus cenizas fueron arrojadas al volcán Popocatépetl, que como ella, nunca estuvo inactivo.

Símbolo de la mujer liberada, voluptuosa y autosuficiente. Retrató su particular estilo de vida y triunfó gracias a su constancia y astucia. Ella misma afirmaba que “No hay milagros. Sólo hay lo que cada uno hace”.

El Unicornio Azul y Sophí Kara no niegan los milagros, pero entienden que como afirmaba la artista, sí que dependen de nuestra voluntad. Y se despiden con un poema titulado “Vive en mí” de Inés Ramón. Hasta pronto.


Llevo dentro una Amazona antigua
que lucha
cuando yo me desmayo. Sostiene en alto las bridas
de un corcel que vuela entre las sombras. Cuando callo,
ella grita
en la densidad de la noche,
avanza palpando los cristales, desmintiendo cada pesadilla
que late en el espejo.
Es la gota de lluvia que nace a cada instante,
derrumba sin estruendo las celdas
mezquinas
de la carne:
sus dedos invisibles acarician
las cicatrices del cielo.
Cuando yo hablo de ruinas,
ella extiende su furia sobre el viento
y abre de par en par
las jaulas de la vida.
Cuando todo me niega, ella quiebra la escarcha,
amputa la fragilidad,
edifica
en el relámpago.




El unicornio azul                                                                                              23 de octubre de 2019


El Unicornio Azul comprende que la confianza en uno mismo es esencial para alcanzar los objetivos que nos proponemos, pero también sabe que el ser humano en ocasiones, se deja llevar por su ego y olvida la Unidad de la que procede.

Hay trastornos que no son considerados como tales, dada la cantidad de personas que los sufren. Nos acostumbramos a comportamientos habituales y repetitivos, cuando en realidad merecen ser cuestionados y sobre todo, corregidos. Hoy hablamos del Síndrome de Hubris.

Hubris es un término que viene del término griego hybris que significa "desmesura". El síndrome de Hubris es aquel que sufren sobre todo, personas que ostentan algún tipo de poder y éste, por decirlo de forma coloquial, se les sube a la cabeza.
En la Grecia clásica la hibris era considerada como motivo de castigo divino y según contaba Heródoto, historiador y geógrafo: "Puedes observar cómo la divinidad fulmina con sus rayos a los seres que sobresalen demasiado, sin permitir que se jacten de su condición...puedes observar también cómo siempre lanza sus dardos desde el cielo contra los mayores edificios y los árboles más altos, pues la divinidad tiende a abatir todo lo que descuella en demasía".
Se cree que el origen procede del teatro griego, refiriéndose sobre todo a aquellos actores que robaban escenas a otros para destacar sobre ellos. Aplicado a nuestra era tecnológica, podríamos asimilarlo al término “chupacámaras”.
Pero lo que en principio parece no tener mayor importancia, según algunos expertos, podría catalogarse como un trastorno de la personalidad que puede llegar a afectar gravemente a las relaciones sociales y a una percepción del mundo alejada de la realidad. Entres los rasgos característicos de este síndrome se encuentran la prepotencia y el narcisismo.
El narcisismo es una patología que se define porque el que lo padece, tiene un exagerado amor por sí mismo, se gusta tanto que distorsiona la realidad hasta el punto de creer que sólo su opinión es la correcta. Esto le lleva a considerar como enemigo a todo aquel que le contraría y a despreciar todo lo que no proceda de sí mismo.
Como podemos imaginar, esta actitud conduce a tomar decisiones erróneas que en el caso particular del desempeño de cargos políticos, puede conducir a situaciones desastrosas de magnitudes tales que, una vez ocasionadas, poco podemos hacer para enmendarlas.
Sería deseable que los sistemas gubernamentales crearan los medios necesarios no sólo para alertar de este tipo de comportamientos en sus dirigentes, sino para que una vez detectados, fueran neutralizados a tiempo.
En todo caso, el tratamiento de choque para alguien que padezca de este síndrome, sería en principio, la pérdida de poder y luego, una buena cura de humildad.
Un buen líder sin duda, es aquel que sabe escuchar y aceptar opiniones ajenas, que ejerce la autocrítica y la consulta de sus decisiones, sin ningún temor a ser supervisado.
El Unicornio Azul anima al ejercicio de la transparencia, tanto en términos políticos como personales, muchas veces menos es más y ser capaces de disminuirnos a veces, nos engrandece. Sophí Kara se despide con este poema.

Donde está la entereza,
donde la honestidad,
donde el valor y la fuerza….
Donde dejaste tu alma
descosida.

Donde vive tu esperanza,
donde tu responsabilidad,
donde la dicha y la calma….
Donde perdiste el norte
de tu vida.

Donde te contradices,
donde obvias la verdad,
donde lanzas y huyes…
Donde solo escupes tus
diatribas.

Donde todo a tu medida,
donde a nada te das,
donde a nadie escuchas….
Donde todos te soportan
de mentira.

El unicornio azul 30 de octubre de 2019

El Unicornio Azul escucha voces que perduran a través del tiempo, comprueba que no hay limitación capaz de acallarlas y que, inevitablemente, la verdad del Amor y su mensaje, nunca caerán en el olvido.

Cayetano Arroyo es un ejemplo de ello. Puso en sus escritos la voz de Abul Beka, para expresar de forma magistral el mensaje de Amor que une y reconcilia, que sana y trasciende, que nos ayuda a sobrellevar los conflictos y la oscuridad de la que proceden, para despejar la Luz que vive en todos nosotros.

Cayetano Arroyo Flores, fue escritor y profesor de dibujo en un instituto de Ronda. Sus dibujos de carácter onírico y simbólico, nos deslumbran con sus colores e imágenes plagadas de magia y naturaleza. Partió de este mundo en 1991, a los 38 años de edad, dejando un cúmulo de enseñanzas plenas de sabiduría y profundidad, tan valiosas como desconocidas.

Entre sus numerosos libros, destaca Diálogos con Abul Beka, personaje que le sirvió de inspiración para difundir un mensaje de amor que nos recuerda a pensadores y místicos de la talla de Gibran Khalil Gibran o Rabindranath Tagore.

Podemos imaginar a Cayetano paseando por la ciudad malagueña de Ronda, frente al minarete de San Sebastián, sentado en un banco en la plaza Abul Beka. Cayetano se traslada al año 1200, cuando el poeta musulmán nace en Ronda para regalarnos sus hermosos versos, en los cuales se lamenta de la caída en manos cristianas de las principales ciudades del Al-Andalus. Decía el poeta respecto a lo mudable de la vida:
Es la vida transitoria un caminar sin reposo al olvido;
plazo breve a toda gloria tiene el tiempo presuroso concedido.”

Cayetano sucumbió a los encantos de Abul Beka y nos ha dejado unos textos de naturaleza espiritual que destilan un conocimiento extraordinario de la naturaleza del Ser y de la conciencia divina. En cuanto al tema de la impermanencia frente a aquello que nunca cambiará, nos dejó perlas como esta:

Sí, este viento de otoño que mueve mis palabras se irá. También se irán estos árboles, y estas piedras cambiarán. Y las estrellas de los cielos habrán andado un poco. Pero mi corazón no pasará. Ni pasará mi amor por mis hermanos los hombres, hasta que cada uno de ellos esté en mí, como yo estoy en ellos”.

“Yo soy tú mismo”, “El lenguaje de la vida”, “Vívete”, “Nosotros”….., son los títulos de algunos libros en los que podemos descubrir el poderoso mensaje que Cayetano Arroyo dejó como legado. En internet encontramos un espacio en homenaje a su obra, donde podemos acercarnos a una figura que merece ser descubierta.

“SI BUSCAS LA PAZ… HAZLA DENTRO DE TI. Toma de todos los maestros Lo bueno que te puedan dar. Cuida de no crearte ídolos, quien se queda en la forma, rara vez ahonda en el contenido. Si te das, no olvides dar las gracias a aquél que te permitió dar.”
La voz de Cayetano nos cautiva y alienta. El Unicornio y Sophí Kara se despiden con ella y con el deseo de que su silencio sea fértil. Hasta pronto.
Sepas lo que sepas, guarda silencio. A nadie enseñarás nada más de aquello que sabe.
Y si amplía su saber tomándolo de ti sin estar preparado, será un saber superficial en él y sin fondo.
La sabiduría no se regala, se trabaja en el roce con la vida y el sacrificio cotidiano.
A aquellos que debas decirles algo, la misma vida los pondrá parejos a tu camino, y andando, los enseñarás a andar.”


El unicornio azul                                                                                            6 de noviembre de 2019

El Unicornio Azul ama la naturaleza porque eso es lo que somos y nos invita no sólo a respetarla y cuidarla, sino también a presenciarla y disfrutarla, a sentir esa conexión vital, ese latido que nos une y que a veces, nos pasa desapercibido.

A principios de los 80, en Japón pusieron nombre a algo tan corriente y ordinario como el salir a pasear por el bosque. Una actividad que todos hemos realizado alguna vez en nuestras vidas y que reconocemos como beneficiosa, los japoneses la han elevado tanto, que forma parte de su programa de salud nacional, asignándole el nombre de Shinrin-yoku, que viene a significar “baño de bosque”.

Fieles al espíritu de la filosofía Wabi Sabi, el estilo de vida nipon nos propone la contemplación de la belleza y búsqueda del sosiego y la quietud a través de una inmersión a pie en el bosque: disfrutar del canto de los pájaros, del sonido del agua al fluir por el cauce del río, a deleitarse con la fragancia del verde recién mojado, con el contraste de los colores del paisaje…..

El estrés producido por el excesivo uso de la tecnología en el País del Sol Naciente, encuentra solución en el hecho de que dos terceras partes de su territorio es superficie forestal y de que además, las creencias religiosas mayoritarias, sintoísmo y budismo, es que los bosques son el reino de lo divino.

Según numerosos estudios científicos esta terapia ha demostrado ejercer un efecto positivo sobre el vigor, disminuyendo la ansiedad, la fatiga y la irritabilidad. Se dice que también mejora la memoria a corto plazo y ayuda a relativizar las inquietudes y problemas que nos agobian.

Estos efectos se deben en gran medida a los fitoncidas, aceites naturales que producen los árboles para defenderse de hongos, bacterias e insectos. Son sustancias que podemos aspirar cuando paseamos entre los árboles y que benefician nuestro sistema inmunológico, aumentando también nuestro nivel energético.

La Asociación de Terapia de Bosque y Naturaleza de Estados Unidos, nos aconseja cumplir una serie de condiciones para que el beneficio del paseo sea el mayor posible: estar presente y conectado con los cinco sentidos durante el paseo, ir despacio (recorrer no más de kilómetro y medio entre dos dos a cuatro horas), convertirlo en una costumbre periódica y sobre todo, disfrutar del mismo, permitiéndonos hacer paradas, o sentarnos a observar, e incluso interactuar de forma amorosa y respetuosa, con cualquier habitante del bosque que espontáneamente, nos invite al placer de su compañía.

En España contamos con bosques maravillosos para poder empaparnos de la abundancia y grandeza que nos proporciona la naturaleza. En las ciudades contamos con parques y zonas verdes que nos invitan a la calma y al reposo. Si no podemos ir al bosque, siempre tenemos la opción de abrazarnos a un árbol.
El Unicornio Azul y Sophí Kara se despiden con un poema dedicado a esos compañeros maravillosos que llamamos árboles. Hasta pronto.
Enarbolada

Soy tronco sobre tu tronco,
de madera es mi almohada,
en ella anidan oníricas,
traviesas criaturas aladas.

Soy rama que encaramada,
empina y apura tu copa,
para embriagarme con el aire,
que te empuja y te da forma.

Soy hoja sedienta de vuelo,
ávida de viento y acrobacias.
Soy cielo en las alturas,
y bajo tu sombra, soy agua.

Soy la ignorante savia
que sube hasta tu regazo,
soy raíz enarbolada,
que se entrega y que se funde
en un abrazo.


El unicornio azul                                                                   13 de noviembre de 2019

El Unicornio Azul entiende que nos sintamos atraídos hacia el misterio. El misterio gobierna nuestras vidas y no hay vida que no se haga preguntas y que en su interior, no conozca ya todas la respuestas.

Hay lugares de belleza incuestionable que nos ofrecen incógnitas por resolver. En la nacional 330 entre Sabiñánigo y Jaca, encontramos un desvío a la izquierda que nos lleva a un lugar llamado Orante, donde en lo alto de un cerro conocido como Cerrestión, se alza una humilde ermita: la Ermita de San Benito.

Desde el Cerrestión podemos disfrutar de una vista de 360º sobre el valle de Aragón y de Tena, pudiendo llegar a divisar hasta 42 pueblos del Pirineo. Estamos en Orante, un topónimo que nos sugiere oración y recogimiento, un lugar en medio de todo y de nada donde sólo habitan 5 personas, que llegan a recibir a lo largo del año a más de 3000 visitantes de cualquier país del mundo.

Lo que atrae a todas esas personas que visitan Orante, no son sólo las impresionantes vistas que podemos disfrutar cuando subimos la empinada cuesta que lleva a la ermita, sino que es la propia Ermita de San Benito la que nos llama a una experiencia que se vive en aislamiento y que es tan emocionante e íntima que suele quedar reservada a quién la vivió.

Subimos la cuesta y allí saludamos a Antonio, vecino y Alcalde de Orante que lleva años como guía y anfitrión de la curiosa ermita. Con una sonrisa en los labios nos recibe para contarnos que fue en el Siglo XI cuando fue cristianizada por los Benedictinos. Nos habla de su posición como punto de encrucijada de otros cuatro templos benedictinos en España: Monasterio de Leyre, el de San Juan de la Peña, Ermita de San Benito de Erata y la de Santa María de Ballarán. Si unimos los cuatro, se forma una cruz cuya intersección es San Benito de Orante.

Antonio nos cuenta que análisis científicos datan sus primeras piedras a la época prehistórica. Se cree que fue un lugar de culto pagano al Sol y que pudo ser utilizado como herramienta astronómica. De hecho, en su cara oeste, posee un ventanuco que fue cegado en el Siglo XVIII, y cuyas piedras laterales están inclinadas de forma que en la izquierda se reflejan los equinoccios de otoño y primavera y en la derecha, el solsticio de verano.

Este lugar ha sido objeto de atención de programas dedicados al misterio, entre ellos Cuarto Milenio, debido a las variaciones geomagnéticas detectadas en diversos puntos alrededor y dentro de la construcción y a testimonios de personas que sufrieron diversos síntomas físicos y mentales en su interior.
Otra curiosidad procede de un hecho que Antonio cuenta con emoción enseñando unas fotos de un día de nieve para que veamos que la ermita nunca acumula nieve a su alrededor.

Cuando le pregunto a Antonio que tal lleva las inclemencias del tiempo allí arriba, se cruza de brazos y le quita importancia; le hablo de lo feliz que se siente haciendo esta labor y me responde “es que cuando algo te toca...” y el brillo de sus ojos me muestra su niño interior, inocente y apasionado.
El Crismón de San Benito es muy diferente a los que encontramos en otras ermitas del Pirineo, una pirámide con una cruz encima, nos habla de que el umbral que cruzamos nos lleva a la muerte. La muerte para los cristianos es resurrección, el nacimiento a una vida nueva. Dicen que recogerse en San Benito, aunque sea sólo por los 5 minutos que Antonio cronometra, puede resultar una vivencia transformadora.
En cualquier caso, el Unicornio Azul sabe que todo está dentro del Uno al que pertenecemos y que si hay un lugar sagrado donde la alquimia es posible, no es otro que nuestro propio interior. Sophí Kara se despide con este poema que le dedicamos a Sonia por hablarme de este maravilloso lugar y a Antonio, por cuidar de él.


Caminante en movimiento
orante en reposo y emoción,
Caminante en sentimiento,
orante en gozo y devoción.
Sus pasos le elevan hacia el misterio,
misterio de piedra y brújula,
de coordenada,
misterio en alineamiento,
de encrucijada.
Qué camino el Caminante,
qué decide al ser Orante….
¿Traspasará el umbral
donde el Crismón revela
un deseo honesto de transmutación?
Un resguardo al cobijo
de una fuerza que magnética,
reverdece e ilumina primaveras
gestando un solsticio
que ignora saetas,
que sana y libera, que transforma,
y acontece,
en la oscuridad más luminosa.


El unicornio azul                                                                   20 de noviembre de 2019

El Unicornio Azul no está limitado a tiempo ni espacio alguno, sin embargo es consciente de que Kronos, ese tirano que se mide en horas, minutos, segundos…., es un misterio que condiciona nuestra experiencia terrena y que puede ser vivido desde distintas perspectivas.

Hoy vamos a conocer un tiempo distinto: el tiempo Kairós

Un peregrino en su ruta se cruzó con un pueblo y a la entrada del pueblo estaba ubicado el cementerio, se acercó curioso a mirar las tumbas y se encontró que en todas las tumbas la edad de los fallecidos eran muy jóvenes, 2 años, 5, 8, 10…¿Qué había pasado en este pueblo para que la gente muriera tan joven?
Se acercó preocupado al centro del pueblo y se percató que los vecinos eran muy ancianos y curioso les preguntó: ¿qué ha pasado con los niños? Los vecinos con una sonrisa le dijeron que nada, en este pueblo la gente siempre fallecía muy anciana, simplemente cada uno de ellos conservaba un libro y apuntaba aquellos momentos que de verdad eran experiencias vividas y que en la tumba solo aparecía el tiempo que de verdad has vivido, el tiempo de calidad, el tiempo Kairós.”
En la Antigua Grecia tenían dos palabras para definir el tiempo: una era el Kronos como tiempo cronológico, ese compañero implacable que nos recuerda la finitud y la brevedad de nuestra vida. Y por otro lado Kairós, como tiempo de calidad en el que estás inmerso tan plenamente en la experiencia, que no sabes ni qué hora es.
El mindfulnes es una de las disciplinas que nos ayudan a mantener una atención plena en el presente precisamente con el fin de que alcancemos el Kairós. Las expresiones tempus fugit o vita brevis, que aluden a ese tiempo que se escapa rápidamente, quedan relegadas a través del Kairós.
El autor estadounidense Eric Charles White lo define como «el instante fugaz en el que aparece, metafóricamente hablando, una abertura que hay que atravesar necesariamente para alcanzar o conseguir el objetivo propuesto. Según este punto de vista, podríamos verlo como la puerta de acceso a un presente que se vive con una intensidad tal que se pierde la noción de un tiempo que nos consume, para descubrir una nueva percepción que nos habla de eternidad y trascendencia.
En la teología cristiana el Kairós se considera como “tiempo de Dios” como hora señalada o momento decisivo para el cumplimiento del propósito divino.
Un Curso de Milagros nos habla del instante santo, ese instante que nace de una firme decisión que tomada en libertad, nos traslada a la vivencia del perdón para así, trascender el conflicto y abrazar el Amor.
La mitología griega apunta que Kairós era nieto de Kronos, por tanto, heredero del tiempo, una divinidad con pies alados que va y viene incansablemente, uniendo dos mundos a cada instante.
El Unicornio Azul apuesta por vivir conscientemente, reconciliando opuestos, acercando posiciones, abrazando la contradicción de un tiempo que esconde el acceso a una eternidad que paciente, nos aguarda. Y se despide con este poema de Rubén Martínez, nuestro invitado en la Vida es Bella.

El aliento se estremece
en un segundo.
La respiración contiene
en la fugacidad de un suspiro,
la inmensidad del universo.

En silencio me suceden
los misterios
que el corazón retiene.
Ante la soledad inspiro
una necesidad en verso.

La nada me envuelve
en un latido,
un diapasón que mece
una verdad que intuyo
que en realidad, es sueño.


El unicornio azul                                                                  27 de noviembre de 2019

El Unicornio Azul sabe que detrás de la maldad humana, se esconde una ignorancia de lo que se es. Hay personas que van más allá de la ignorancia y saben vivir por encima del miedo y la incertidumbre. Para ellas, la paz está por encima, pues entienden que es por la paz que merece la pena vivir.

Me llamo Malala Yousafzai y soy una activista, bloguera y estudiante universitaria. Soy de Pakistán, pero ahora resido en Inglaterra. Con diecisiete años me dieron el Premio Nobel de la Paz, siendo la persona más joven en tenerlo gracias a que dije NO a la violencia”.

Malala inspiró al compositor mexicano Arturo Márquez una composición musical titulada “Alas”, que vamos a escuchar a continuación.

Malala nació en 1997, su padre era su profesor y a ella le encantaba ir a la escuela. En el año 2008 los talibanes tomaron el control de Mingora, su pueblo, y prohibieron que las niñas fueran al colegio.

No conforme con la prohibición, Malala, con tan sólo 11 años y animada por un periodista de la BBC, comenzó a escribir un blog donde denunciaba la terrible situación por la que estaba pasando su pueblo. Todo cambió el día que decidió dar un discurso público para recuperar los derechos revocados a las niñas, pues así es como se convirtió en objetivo terrorista.

Con sólo 15 años recibió un disparo en la cabeza que no pudo acabar con su vida. Tras dos años de recuperación, diversas operaciones y rehabilitación, siguió recibiendo amenazas terroristas. Malala se trasladó con su familia a Reino Unido. En 2014 hizo la siguiente declaración :Ahí supe que tenía dos opciones: vivir una vida callada o seguir luchando con la nueva vida que me habían dado. Lo tenía claro: continuaría con mi lucha hasta que todas las niñas pudieran ir a la escuela”.

Con ayuda de su padre, creó la fundación Malala Fund con el objetivo de garantizar a todas las niñas las oportunidades necesarias para alcanzar el futuro que ellas mismas escojan. Esta labor fue reconocida en 2014 cuando le fue entregado el Premio Nobel de la Paz.

En la actualidad estudia Filosofía, Política y Economía en la Universidad de Oxford. Su trabajo en la fundación es imparable,


“¿Todavía crees en la magia? Yo ahora sí. Gracias a esta magia hasta hice un discurso en la ONU. ¿La conoces? Es la Organización de las Naciones Unidas, donde todos los países del mundo están representados. Allí pude decir una de mi frases favoritas: un niño, un profesor, un libro y un lápiz pueden cambiar el mundo”.
Con este fragmento deEl lápiz mágico”, escrito por Malala Yousafzai, el Unicornio y Sophi Kara se despiden con el final del discurso de Malala.
Queridas hermanas y hermanos, seamos la primera generación que decida ser la última. Las aulas vacías, la infancia perdida, el potencial desperdiciado, haced que estas cosas se acaben con nosotros.

Que sea la última vez que un niño o una niña pase su niñez en una fábrica.

Que sea la última vez que una niña se vea forzada a un matrimonio temprano.

Que sea la última vez que un niño inocente pierda la vida en una guerra.

Que sea la última vez que un aula se quede vacía.

Que sea la última vez que se le diga a una niña que la educación es un delito y no un derecho

Que sea la última vez que un niño se quede fuera de la escuela.

Que empecemos este final.

Que esto se termine con nosotros.

Y que construyamos un futuro mejor aquí y ahora.

Gracias.



El unicornio azul                                                                      4 de diciembre de 2019


El Unicornio Azul entiende que los mitos y leyendas nos proporcionan un escenario donde representar nuestros temores y pasiones, nuestras dudas e incógnitas, que son fuente de inspiración y creatividad.

En la trilogía del Baztan, las novelas escritas por Dolores Redondo, descubrimos a un personaje de la mitología vasca cuya creencia es anterior a la invasión romana de la Península Ibérica: el Basajaun.

En Zuera contamos con una formación musical que se hace llamar “Bosnerau”, y resulta que si indagamos por el significado de este nombre, vemos que así es como se llama al Basajaun en el pirineo aragonés.

Resulta que Basajaun y Bosnerau son dos nombres para un mismo personaje. Se trata de una criatura con forma humana, de gran tamaño, y cuyo cuerpo está cubierto de mucho pelo, su larga melena le llega hasta los pies y tiene una pierna en forma de tronco de árbol.

Habita en lo más profundo de los bosques y está dotado de ciertos poderes sobre las fuerzas de la naturaleza. Conocido como el señor del bosque, su peculiaridad y rasgo significativo es su bondad, pues es protector de los rebaños y las cosechas, hasta el punto que a través de sus potentes silbidos previene a los animales de la llegada de tormentas o de la presencia de depredadores.

Dice la leyenda que cuando todos los cencerros de un ganado resuenan al unísono, los pastores pueden estar tranquilos pues el Basajaun está cerca. El pastor agradecido, debe corresponder dejando atrás un trozo de pan para compensar a su aliado.
Un aliado que según se comenta, transmite a los humanos los secretos de la agricultura, entre ellos la fabricación y el uso de utensilios para aliviar su tarea.
El Bosnerau nos recuerda al popular Yeti, hombre de las nieves, pero esta vez, lejos de temerlo, esta criatura del bosque nos sugiere protección y sabiduría, un guardián que hace de nuestros parajes pirenaicos, lugares para disfrutar y relajarse, donde hallar serenidad y cobijo frente a un mundo cada vez más incierto.
El Unicornio Azul y Sophí Kara se suman al fenómeno Bosnerau y recomiendan disfrutar no sólo de la maravillosa naturaleza que nos rodea, sino también de la música que los invitados de hoy en La Vida es Bella, crean para evocar nuestras raíces y acordes más auténticos. Y se despiden con esta preciosa letra de “Te Seguiré recordando” de Bosnerau.

Aquí he llorado ante el fuego
Se ha mojado mi espalda
He sembrado la tierra
Construido con piedra
Y he conocido la suerte
De oir el silencio
De acompañar al viento a recordar….

Me he mirado con los animales
Y he dormido bajos lo árboles
He contado mis días
Me he sentido afortunado
He conocido la suerte
De colorear la luz
De sentarme en las nubes y leer tus días

Te seguiré recordando
Bajo el aplomo del atardecer
Te seguiré escuchando
En la tonada de gaita,
seguiré esperando
Que bajo su canción,
tu susurro calme mi pesar


El unicornio azul                                                                     11 de diciembre de 2019

El Unicornio Azul invoca a la unidad de todos los seres vivos, sabe que en la naturaleza el ser humano puede hallar un aliado que alivia eficazmente muchos de los trastornos derivados precisamente, de vivir ajenos a su sabiduría.

En China y Japón se ha respetado sin producir alteraciones en su genética, una planta cuya raíz ha demostrado poseer unas propiedades muy eficaces para la sanación de cuerpo y mente. Hoy hablamos del Kuzu.


El kuzu es la raíz de la planta Pueraria lobata, puede llegar a pesar hasta 90 kilos y medir 2 metros de altura y su aplicación tanto en cocina como en medicina china y japonesa, se remonta a más de 2000 años.

Para obtenerlo, se muele la raíz y la harina obtenida se lava con agua fría hasta que transparenta. Luego se inicia un proceso de secado y reposo que se prolonga durante varias semanas.

En la cocina se utiliza como espesante en sopas o salsas, se disuelve en frío y se añade a la cocción con el resto de ingredientes. Cinco gramos de kuzu equivaldrían a 15 gramos de harina de maiz.

Respecto a su uso con fines medicinales, se disuelve en agua fría y se procede a calentarlo sin llegar a hervir hasta adquirir una textura espesa que se puede consumir directamente o mezclada con el líquido que más nos apetezca. Su sabor es completamente neutro y no posee efectos secundarios, pero inevitablemente, su ingesta afecta a nuestro sentido del tacto al tratarse de una textura gelatinosa.

Lo interesante del kuzu es el gran abanico de remedios que nos proporciona, desde insuficiencias cardíacas hasta problemas gástricos. En cuanto a lo digestivo, combate la acidez, promueve las bacterias digestivas beneficiosas, desinflama y ayuda al tránsito intestinal sea cual sea el problema que tengamos.

También es útil para aliviar los resfriados con fiebre, el dolor muscular, los síntomas de las menopausia y de la diabetes, pues disminuye los niveles de azúcar en sangre.

Es indicado para el tratamiento de adicciones tóxicas, pues inhibe el impulso de ingerir drogas. Reduce la presión arterial, elimina las migrañas y trata ciertas sorderas causadas por la mala circulación, debido a su alto contenido en flavonoides con propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas.
Estamos ante un ingrediente fundamental en la dieta macrobiótica por su neutralidad energética. Contribuye a una dieta consciente y equilibrada que abarca tanto lo físico como lo emocional.
El Unicornio se despide con este poema de Sophi Kara, que se suma a los consejos de Ramiro Calle que hemos comentado en Senderos de Luz en cuanto a frenar nuestra actividad, buscando una quietud que sana y transforma. Hasta pronto,


No hacer nada

Para la saeta del reloj,
cesa en el empeño
de tu maquinaria empecinada.

Baja la guardia,
deja la cuerda caer en el olvido,
para simplemente ser.

Observa el paisaje fuera
del marco limitado y temporal,
de la artificial construcción
donde habita un calendario
carcelario, una agenda
que en su frenética actividad
vacía los sentidos.

Devora la auténtica
vida que ahí fuera,
generosa y fértil,
te espera.



El Unicornio Azul                                                                   18 de diciembre de 2019

El Unicornio Azul observa las múltiples y diversas formas de expresión que los seres humanos tenemos para transmitir y conectar con nuestros congéneres. El cine, considerado como el séptimo arte, nos ha regalado momentos entrañables a través de historias que son atemporales.

El director de cine Frank Capra, realizó obras siempre positivas y reconfortantes. Gustaba de historias cercanas que elevaran el espíritu y engrandecieran al ser humano. Según Guillermo Callejo, articulista de Cinemanet: su “magia” se debía a que tenía coraje para retratar el mal y sencillez para advertir y ensalzar el bien. Hoy recomendamos “Qué bello es vivir”.

La película “Qué bello es vivir” se ha convertido en un clásico navideño, un film entrañable basado en el cuento “El mayor regalo” de Philip Van Doren Stern. Relato y película difieren en numerosos detalles pero desde luego coinciden en su mensaje central: “Tenías concedido el mayor regalo de todos, el don de la vida, de ser parte de este mundo y tomar parte en él”.

La acción comienza en la Nochebuena de 1945, cuando George, un humilde hombre de negocios decide suicidarse. Clarence, su ángel de la guarda, bajará a la tierra para impedirlo. Iba a ser protagonizada por Cary Grant, pero finalmente fue James Stewart quien se puso en la piel de George Bailey, siendo su primer trabajo tras regresar de la 2ª guerra mundial, donde participó como piloto de bombardeo.
A pesar de que en su estreno no obtuvo los resultados de taquilla que se esperaban, está considerada por el American film institute, una de las 100 mejores películas de la historia del cine americano.

El mismo año de su estreno obtuvo un Óscar por la introducción de una innovación técnica, el uso de espuma química para simular la nieve, pues curiosamente la cinta se rodó durante una ola de calor que obligó a suspender el rodaje durante un día para que el equipo se recuperase.

Otra curiosidad, teniendo en cuenta la temática inocente de la cinta, es que la escena del beso fue llevada con tanta pasión por sus actores protagonistas, que no pasó la censura y tuvo que se recortada.

Por último, comentar que el propio Frank Capra, orgulloso de su película y sobre todo de su mensaje, proyectó cada Navidad esta película para su familia.

El propósito de Clarence, el singular ángel de la guarda de George Bailey, es insuflarle fuerzas para que pueda seguir adelante con su vida, pues si lo consigue, el podrá obtener las alas que todavía no le han sido concedidas.

El Unicornio Azul desea que estas navidades todos seamos un poco Clarence, que consigamos abrigar el corazón de quiénes nos rodean porque no hay nada mejor que amar para sentir que vuelas. Sophí Kara se despide con esta poesía y nos desea un año nuevo volátil y feliz. Hasta pronto.

Vuela, ama
fluye libre,
despliega al fin tus alas
aquellas que descosiste
al tratar de separarlas
de ese alma que pervive en ti.
Remonta el vuelo
sin miedo,
nada podrá impedirte
regresar.
Regresa ya,
el sendero es un surco
que sólo tu
puedes trazar,
que sólo tú has de experimentar.
Nada ni nadie podría
calzar tu voluntad,
no hay deseo mayor
que el propio,
ni mayor dicha
que conocer tu vuelo.


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