POSTAL DE NAVIDAD


La generosidad es el precepto
de los moradores del Paraíso”
Proverbio persa
Hace un par de años leí esta frase en una postal de Navidad, llevo dándole vueltas desde entonces y por fin, he querido poner en palabras lo que significa para mí. Espero que os sirva tanto como a mi. Gracias.
     Antes de abordar el término generosidad creo que es importante que veamos que significa morar en el Paraíso y que entendemos por Él.
     El Paraíso, lejos de lo que se nos ha hecho creer, no es un lugar, un punto geográfico en el espacio donde las circunstancias son idílicas. El Cielo, el Paraíso, no es más que un estado mental que hemos alcanzado a través del conocimiento de uno mismo: abrazando nuestra oscuridad y de esa forma, iluminando el centro de nuestro Ser para comenzar a relacionarnos en la forma de manera pacífica y dichosa.
    Es Ser Amor y actuar en consecuencia de forma que conviertes un mundo hostil, de miedo y conflicto, es decir, una pesadilla, en un sueño de felicidad que si bien, no es la realidad última a la que pertenecemos, es la antesala a nuestro Hogar, en el cual a pesar de nuestro olvido, vivimos y nos movemos.
      Morar en el Paraíso no es otra cosa que percibir inocencia y Amor tras haber conseguido trascender las limitaciones, los conflictos, los traumas, los prejuicios, los programas mentales que obstaculizaban esa visión. Ese gran logro se alcanza cuando conseguimos abrazar y bendecirlo todo, sin juicios, dando paso a una re-creación de esa realidad en principio aterradora, que se ve transmutada en un nuevo sueño de alegría y seguridad.
      Una vez hecha esta reflexión, podemos profundizar en la generosidad como precepto asumido por todos aquellos que ya han alcanzado el estado mental de Paz interior, y que han conseguido ser conscientes del Amor como su verdadera y única identidad, así como la conciencia de Unidad que su identidad lleva implícita.
     La generosidad que han asumido estos moradores engloba diversos aspectos que aplicados a la vida diaria, consiguen iluminar toda oscuridad que pueda manifestarse en la forma.
       Generosidad es permitir que lo que es, sea. Esto requiere una dosis de flexibilidad, tolerancia y confianza superior a la que estamos habituados y que es posible decidir y entregar cuando tu mente está decidida a desear la paz por encima de todo.
        Cuando el propósito que gobierna tu vida es la Paz, sabes que “todo es para bien”, entonces resulta natural ignorar los impulsos de control, las expectativas y los apegos que en multitud de ocasiones, parecen importar más que lo que realmente importa: el Hogar donde Soy, el Amor que Soy: mi identidad y mi función. Esto es Confianza.
        La frase: “Entre ser feliz y tener razón, elijo ser feliz”, cobra aquí el mayor de los sentidos. Elijo, soy siempre libre de elegir lo que más me conviene, mi decisión es firme y siempre ampara el Paraíso, ese estado mental que no está condicionado por lo exterior, que se nutre de la belleza y el Amor que viven en el centro de tu Ser. Esto es Decisión.
       “No pidamos peras al olmo” Entiendo mis deseos, mis aspiraciones pero ellos no deben nublar mi discernimiento. No puedo imponer mi criterio, ni mis deseos, ni siquiera por la Paz debo forzar a nadie a sentir, pensar o hacer algo a lo que no está preparado, porque es así como la perdería y me extraviaría en dogmas e imposiciones. Esto es Flexibilidad y Tolerancia.
      Ser generoso implica aceptar, respetar, PERMITIR. Permito, no me resisto a lo que es, por ello no pierdo mi criterio, no caigo en una pasividad absurda, sino que mi acción es pura porque es guiada por la Paz y el Amor, no por el miedo. Esto es Entrega.          

Gracias por vuestra generosidad, por permitirme llegar a vuestros corazones para así llegar al mío.”

FELIZ NAVIDAD

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