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SIN MIEDO AL SER                                                     31 de enero de 2022      Cuando estamos en el Amor, el “yo” se hace a un lado, el personaje pierde su protagonismo y sus miserias, deseos, apegos y miedos ya no nos conmueven porque sabemos que en realidad, no nos pertenecen.      Somos conscientes de la mortalidad del cuerpo pero abandonamos el temor a vivir esa experiencia porque hemos comprendido que es algo a lo que estamos llamados y que lejos de querer escapar de ello, hemos de asumirlo como parte del proceso de crecimiento que nos trajo al mundo y que por tanto, nos llevará de él.      El verdadero temor no es a la muerte, sino a la desconexión, a la pérdida de la experiencia y de la relación, al aislamiento…, tememos que aquello que hemos conocido, desaparezca para siempre. Sin embargo, desde una perspectiva espiritual eso en realidad, no es posible, porque formamos parte intrínseca de una energía que nos apoya y sostiene incondicionalmente.

  RENOVARSE Y MORIR 2ª parte 17 y 24 de enero 2022       "Quien quiera salvar su vida la perderá; y quien la pierde, la salvará" (LC 17.33). Esto muestra entre otras cosas, que Jesús era también un buen psicólogo. Tratando de hallar el sentido de estas extrañas palabras, nos encontramos con un paralelo talmúdico: "¿qué ha de hacer el hombre para vivir? Ellos respondieron: morir a sí mismo -es decir, mortificación del egocentrismo-. ¿Y qué ha de hacer el hombre para morir? Ellos respondieron: vivir para sí mismo - es decir, entregarse al egoísmo-".  Extracto del libro "Búsqueda de Dios y sentido de la vida" de VICTOR FRANKL Y PINCHAS LAPIDE            La expresión “Renovarse o morir” ya no es una opción, sino que pasa a ser lo mismo: “Renovarse y morir” ; renovarse para que el personaje muera, para que ese yo viejo que no vela por la única necesidad real que tengo, desaparezca o al menos se eche a un lado, para que así pueda florecer el Ser qu

  RENOVARSE Y MORIR 1ª parte                                                 10   de enero 2022      Antes de la Navidad, en el último encuentro, hablamos de la coherencia como resultado de un estado mental sereno y apaciguado, una calma que exenta de pensamientos, se sintoniza con la vibración del Amor.      La Navidad celebra el nacimiento del Ser que vive en todos y cada uno de nosotros, ése que se renueva a cada instante a través de la intención sagrada de vivir cada momento con la atención y presencia que merece.      Esta actitud vital es clave para comprender todo lo que experimentamos en este plano. Desde la quietud podemos abordar cualquier circunstancia sin extraviarnos en ella y con ello me refiero a las reacciones inmediatas y desproporcionadas, a la resistencia a lo que es, a la pretensión vana de querer entenderlo todo, justificarlo, cuando en la mayoría de las ocasiones, no disponemos de los datos necesarios para poder juzgar eso que está ocurriendo.