PACÍFICA-MENTE La Práctica de lo Benéfico 25 04 22

 

LA PRÁCTICA DE LO BENÉFICO                          25 de abril de 2022

    La conclusión del último encuentro que celebramos hace dos semanas fue sencilla y lógica: para incorporar todo aquello que nos va a beneficiar en nuestra vida, hemos de practicarlo, hemos de utilizarlo, hacerlo vivo en nuestra mente, sin peros, ni excusas, superando el conocido refrán: “del dicho al hecho, hay mucho trecho”.

    Es curioso que esa mente que nos causa tantos problemas cuando se deja llevar por la voz del ego gobernada por el miedo, es la misma mente que nos va a permitir cuestionar y aprender a discernir entre lo que nos interesa y lo que no, que debería ser lo mismo que elegir entre lo que nos beneficia y lo que no, ya que cuando esta correspondencia no se cumple, aparecen todos los conflictos e inercias que nos alejan de lo que somos.

    También concluimos la última vez, que eso que Somos sigue intacto y vivo en todos y cada uno de nosotros, pero para conocerlo, hay que indudablemente, incitar el movimiento, activar la chispa, encender el resorte, girar la llave…, en definitiva, practicar, practicar y practicar.

    Pero la práctica, como ya hemos visto, no implica estar de continuo sobre los pensamientos, sino que por el contrario, pasa por aquietar y silenciar ese tipo de procesos que cuando no son voluntarios, se apoderan de nuestra psique y nos impiden y limitan la percepción serena y abierta.

    La calidad de nuestra percepción aumenta cuando somos capaces de localizar nuestros filtros e ignorarlos, que es lo mismo que ir más allá de nuestro reducido yo, del personaje que a través de los años se ha dejado condicionar por sus propias circunstancias vitales y ha dejado pasar la oportunidad de alimentar aquello que más le beneficia, alegando que su interés prima más que su bienestar.

    La toma de conciencia pasa por varias etapas: primero debemos “desear lo benéfico” y una vez establecidos en ese propósito, establecer una intención firme que pasa por el “darse cuenta”, para no dejarse llevar por las inercias negativas y tóxicas que nos alejan de la Paz que sana y reconforta.

De este modo, comenzamos a alimentar la capacidad de captar todo lo que acontece sobre todo, a nivel de pensamiento, ese proceso mental que el yo egoico protagoniza y que de instante a instante, si estamos en completa presencia, nos va a proporcionar una información certera sobre los errores más reincidentes y las tendencias más oscuras de nuestra psique.

    Esa observación ecuánime (propiciada a través de la meditación) de nuestro particular personaje, es el inicio de cambio de actitud en cuanto a la gestión de los fenómenos vitales. La manera de encararlos marcará la diferencia entre una vida temerosa o una vida plena de Amor y seguridad, sin miedo.

    El Amor no se adquiere, el Amor se descubre, llega cuando comprendes que el temor no tiene ningún sentido, que aquello que nos paraliza y limita debe ser arrancado de raíz para que así puedan brotar fuerte la confianza y la alegría.

    En el Amor, la forma de relacionarnos con nosotros mismos y con los demás, la visión de la sociedad en la que nos desenvolvemos, inevitablemente se transformará. Se trata de una inteligencia que está al servicio de “lo bueno, lo bello y lo santo” .

    Estamos construyendo una nueva forma de ser y conducirse más abierta y sincera, cuyo único interés es extender “lo benéfico”, que incluye a todos los seres vivos y el hábitat donde se desarrollan, sin distinciones ni condiciones de ningún tipo, en completa libertad y sobre todo, empezando por uno mismo…..