PACÍFICA-MENTE Pensar, Sentir, Ser 04 04 22

 PENSAR, SENTIR, SER                              4 de abril de 2022

 

“En ese estado de tranquilidad de una mente (aquietada) que está de veras en silencio, hay Amor. Y el Amor es lo único que puede resolver todos nuestros problemas humanos.”

         Abordamos un nuevo encuentro con este pensamiento de Jiddu Krishnamurti como punto de partida. Pensar es una actividad mental en la que entran en juego dos partes: el pensador y el pensamiento. Dijo Descartes “Pienso, luego existo”, sin embargo la espiritualidad nos transmite que nuestra existencia se expande y cobra una dimensión mucho más auténtica cuando nos alejamos del pensamiento y aquietamos nuestra mente.

         En esa quietud y silenciamiento mental descubrimos una cualidad de ser que nos resulta más verdadera pero sobre todo, más fiable, que la identidad de ese personaje que, imbuido en un mundo dual y material, se pierde en aventuras e intereses que le alejan de su realidad última pero sobre todo, de su plenitud y bienestar, en definitiva, de su felicidad.

         En Un Curso de Milagros se nos invita a reflexionar sobre la futilidad de los pensamientos banales y mundanos, nos orienta hacia el Amor cuando dice: “Sólo el Amor es real”, y por tanto sólo aquellos pensamientos que te acercan a ese Amor son fiables, los otros, aquellos que proceden del miedo, son pura fantasía y están avocados al fracaso porque sólo propician conflicto, confusión y miseria.

         Pensador y pensamiento en realidad son consecuencia de una fragmentación interna, veamos: el que piensa se identifica con lo que piensa y a través de esa identificación se construye una identidad. Así es como el que piensa se desvía del SER que ES, precisamente por el tipo de pensamiento que fomenta y apoya.

         Trascender esta dinámica pasa por comenzar a observar al pensador y lo que fabrica a través de su actividad pensante. Al situarnos aparte de esos procesos mentales podemos empezar a comprender que nuestra libertad interior es infinita y que su activación sólo depende de alcanzar una perspectiva neutra de la experiencia que de algún modo hemos obstaculizado desde nuestros programas y creencias limitantes.

         El sistema de pensamiento del miedo se reconoce por las consecuencias que acarrea, por lo que nos hace sentir. En el miedo siempre estamos en modo “lucha”, aspirando a algo, ambicionando, juzgando, posicionados, a la defensiva…, aferrados a determinados resultados, a un control patológico que nos impide disfrutar del instante presente.

         Al final, todos sabemos qué nos hace bien y qué no. Albergamos una sabiduría innata que si nos paramos a escuchar en quietud y silencio, centrados en el aquí y ahora, nos guiará y alentará en nuestro particular tránsito vital para cultivar un estado mental pacificado y luminoso.

         En el sistema de pensamiento del Amor el pensador se transforma porque deja de apropiarse de aquello que piensa.  Comienza a amar con una cualidad impregnada de generosidad y entrega que le ayuda a liberarse de su egoísmo y del apego a su individualidad.

         La conciencia de Unidad que propicia el Amor nos permite emprender un “viaje sin distancia” de la mente al corazón.

         Ahora sabemos que no sabemos, experimentamos que todo propósito pasa por convertirnos en aquello que perseguimos. Si quiero Paz, soy Paz; si quiero Amor, soy Amor; si quiero comprensión, soy comprensión…., y ese “ser” es “ejercer” porque identidad y función son los mismo: es actuar en consonancia con aquello que deseo, utilizando los instrumentos y recursos que inagotables habitan en el interior de todos los seres humanos.

         Practicando los diversos atributos del Amor, activamos el recuerdo de lo que Somos, de lo que siempre hemos sido y que, a pesar de la desmemoria, del paso del tiempo, del espacio, de este mundo dual regido por los opuestos, sigue intacto y vivo en todos y cada uno de nosotros.