PACÍFICA-MENTE El factor de equilibrio 29 01 24

 

EL FACTOR DE EQUILIBRIO                                  29 de enero de 2024

“El primer objetivo de una persona debe ser reconciliar el ego consciente con la mente subconsciente, y situar el factor de equilibrio entre los dos.” Esta idea es elaborada por Jung en su comentario a “El Secreto de la Flor de Oro”, de R. Wilhem, libro sobre la Cabbalah judía.

Cuando somos capaces de reconciliar ambas facetas de nuestra mente, que es lo mismo que ser conscientes de nuestra oscuridad e iluminarla, entonces tu mente se ha dotado de la capacidad de entendimiento, un entendimiento que es Amor y que comienza a inflamar nuestro corazón y la sabiduría que siempre estuvo ahí.

Al unir entendimiento y sabiduría, mente y corazón, la liberación se hace posible y tu regreso al Hogar ya no corre peligro, ya no hay miedo, ni conflicto, todo fluye y se expresa en armonía y belleza.

Atisha prosigue su entrenamiento diciendo: “Cuando el mal llene los universos animados e inanimados, transforma las malas circunstancias en Camino Bodhi”.

Convertir tus venenos en elixir de vida precisa tu deseo y tu voluntad y el primer paso para ellos es:

1. Vence tu resistencias. Jesucristo nos aconsejó: “no opongas resistencia al mal”, que podría traducirse como no veas nada “malo” en ello, piensa que tal vez estas percibiendo erróneamente y que la interpretación que haces de lo que ves no es correcta.

Si en vez de juzgar la situación, eres capaz de ver aquello que la causa, verás que su causa no es más que una ilusión de miedo y que como la realidad está a salvo, tu debes “equilibrar” y compensar la situación con lo Real: el Amor.

Y Jesucristo sigue abrumándonos cuando nos pide: “Si alguien te golpea en una mejilla, ofrécele la otra también”, pero esto no significa que debas consentir el maltrato, viene a decir que no temas, que eso no puede hacerte daño y que sólo abrazando y aceptando transformarás el miedo en amor. Demuestra que eres fuerte y que no necesitas defensa alguna.

2. “Ama a tu enemigo, al prójimo, como a ti mismo” Acepta tu oscuridad para poder iluminarla. Conoce primero la tuya y luego podrás perdonarla en el otro, de hecho cuando iluminas tu oscuridad, iluminas la oscuridad de todos aquellos con los que te relacionas.

Te has dado cuenta que los opuestos son necesarios, que en realidad son complementarios y que gracias a ellos, es como aprendemos qué es lo que queremos ver. Que la dualidad del mundo es simplemente un recurso de enseñanza y que por tanto, no debes temer al polo opuesto, sino integrarlo como parte de una dinámica de crecimiento personal y aprendizaje vital.

No odies nada, no rechaces por ejemplo la muerte, porque te perderás la vida. Sólo enfréntalo y ve que no es real, al aceptarlo, al no juzgarlo, al pasarlo por alto, al dejar de prestarle atención le retiras su valor y así es como vences las polaridad.

3. Sé testigo, observador de tu sufrimiento evitando la falsa identificación de forma que comprendas que no te puede tocar, que no puede destruirte, ni deformarte, salvo si tú se lo permites. Eres un espejo que refleja lo exterior, siempre puedes decidir si ello va a decidir quién eres.

Así tomas distancia y desde esa ecuanimidad o no afectación, sabiendo que todo cambia inevitablemente, te empoderas y habilitas para la transformación o trascendencia porque ya no buscar destruir aquello que te duele, sino convertirlo en motor de cambio, hacer del “veneno” un elixir para una vida plena y abundante, feliz y próspera, con un sentido y un propósito de vida más allá del personal, sabiamente unido al de tus semejantes.