PACÍFICA-MENTE Un testigo fiable 11 03 24

 

UN TESTIGO FIABLE                                                11 de marzo de 2024

Estamos ya en el 3er capítulo del libro de Osho sobre Atysha en el que incide sobre la observación, el que observa y lo observado y nos insta a reflexionar con el aforismo: “Capta el principio de los dos testigos” que comprende dos significados:

- Testigo externo: son las personas que te rodean, te sientes “objeto” de observación y ello condiciona tu actuar, no te sientes libre de ser por miedo a ser juzgado, criticado, a no ser suficiente, a no “estar a la altura”…. De ahí proceden los miedos escénicos, puedes no ser apreciado o valorado, no obtener el éxito que esperas…, etc.

En este tipo de observación te conviertes además de en objeto, en mendigo. Estás a merced de los otros y esto puede por un lado, resultar un estimulante para mejorar y crecer pero también, puede ser fuente de tensión y represión ante “el ojo que todo lo ve”, esa idea religiosa que nos inculcaron desde niños para portarnos bien aún a solas, sometidos a una constante vigilancia. Así es cómo se reducen las personas a cosas y éstas dejan de escucharse a sí mismas, renunciando a su ser por ideas ajenas que imbuídas a base de terror, entorpecen e incluso paralizan nuestro desarrollo.

Al final, de algún modo el foco está en ti y para bien o para mal, (estimulación u hostigación), ello puede originar la falsa sensación de ser un pseudocentro que alejado de su autenticidad sólo se realiza en la mirada ajena. Estamos en el personaje dependiente que se angustia cuando le dejan solo, cuando no le dicen lo que tiene que hacer, cuando no recibe el reconocimiento que cree merecer…… Así es como el individuo, aquel que sí está centrado y sabe quién es, desaparece.

La individualidad es tu crecimiento íntimo y éste no depende de la mirada ajena, sino que es lo que queda cuando estás en un bosque y en soledad, cuando puedes ser quién eres, incondicionalmente, sin etiquetas, ni títulos. Dices Osho: “Si te encuentras solo en el Himalaya, ¿quién eres?, ¿un santo o un pecador? No hay nadie para apreciarte o para condenarte, ¿alguien importante o un don nadie?”

Según esta teoría, la personalidad impide el desarrollo de la individualidad y se construye a través de la atención ajena, es por eso que para conocerse mejor Buda lo abandonó todo. El ego nos impide desarrollar nuestra verdad y es por eso que en muchas terapias se recomienda el aislamiento, porque dejando de ser objeto y mendigo, podrás reconocerte como ser auténtico que eres, como ser libre, pleno y abundante.

Mantener la imagen que esperan de nosotros es conformidad, obediencia, sumisión, falsedad….

- Testigo interno. En este segundo tipo, eres tú el que observa y eres tú lo observado, ya no hay nadie ahí afuera para decidir quién eres. Desde el silencio de tu centro, observas tus pensamientos, tu deseos, tus debilidades, tu oscuridad…, y de ese modo, creas una conciencia de ti mismo que no está sujeta al escrutinio ajeno.

Liberas tus pasiones: tu ira, tu envidia, tu soberbia…, así es como dejas de reprimir aquello que juzgas indigno de ti y lo enfrentas de modo que al reconocerlo, lo disuelves o incluso, lo perdonas, lo sanas, lo vives sin ningún tipo de coacción porque te sientes libre de sentir, de pensar, de hacer, sin miedo. Eres un rebelde, sólo atiendes y sigues a tu voluntad y no sólo nadie te seguirá, sino que te condenarán. Esa es la diferencia entre un sabio y un santo, el santo es obediente, ortodoxo, tradicional, todo el mundo lo adora, pero al sabio pocos podrán entenderlo, ni tampoco lo necesitará.

Y tras observar los objetos de tu mente, conforme vayas conociendo el contenido de tu mente y ésta se vaya vaciando y desapareciendo, entonces comienza a ser testigo del testigo.

Observar al testigo es volverse consciente de la consciencia misma y entonces, lejos de diluirte en ese vacío, te expandes y te vuelves universal. Has conseguido no ser nada para serlo todo, has ido eliminando todo aquello que no te pertenece para descubrir el Hogar al que tú perteneces, una Unidad de Amor sin fin donde tu poder creativo es ilimitado y feliz.

Has sanado en la tierra y ahora tu función es Amar en el Cielo.