PACÍFICA-MENTE Claridad, Calidad, Caridad 21 10 24

 

CLARIDAD, CALIDAD, CARIDAD                       21 de octubre de 2024


    Estamos analizando las tres virtudes conocidas como “teologales”. En la hermosa tarea de intentar levantar el velo que nos impide acceder a esa Realidad invisible a nuestros ojos físicos, hemos topado con esas tres ideas como recursos valiosos para “darnos cuenta” de la belleza y el Amor que nos rodea a cada instante.

    La Fe nos recuerda que hemos de ser fieles a nuestra naturaleza, a esa Luz interior que aspira a ser reconocida y aceptada como poder interior para una vida más consciente y feliz. Vimos que la Esperanza es una forma de interpretar los sucesos externos de forma que nada pueda vencernos, que todo esté impregnado de una comunicación cuyo mensaje nos apoya y alienta en los momentos más duros y oscuros.

    La Caridad, según San Isidoro de Sevilla “es una palabra griega que significa dilección, y comprende dos cosas, el Amor de Dios y el amor al prójimo”. Considera la caridad como la más excelente de las tres: “porque el que ama, cree y espera; el que no ama aunque obre el bien, trabaja en vano”.

    El término dilección significa “decidir amar”, nos habla de una voluntad libre que adopta una decisión clave en la vida: amar, siempre amar. Puede parecer sencillo, pero para llevarla a cabo hay que acallar las voces del miedo y sobre todo, dejar de juzgar, abandonar esas ideas que nos llevan a una idea de la justicia falsa y rancia por la que unos merecen y otros no.

    Del griego “jaris”, caridad significa “gracia” o “benevolencia”. Del latín “carus”, hace referencias a un objeto de mucho valor. Ambas acepciones nos ayudan a dilucidar su cualidad y es que por un lado, vemos que la caridad es un don, una gracia que se nos concede cuando estamos dispuestos a dejar los juicios de lado para abrazar al otro como parte de nuestra identidad, de nosotros mismos. UCDM habla de la verdadera empatía, que es un sentimiento puro de afirmación del otro, como si ya hubiera logrado ser quién es, aún en la ignorancia de sí mismo.

    Por otro lado, la Caridad es una actitud ante los acontecimientos y las personas que nos permite apreciar su valor. Algo “carísimo” es algo muy preciado, en italiano se habla de “carísimo” como “queridísimo”, lo caro es lo amado, lo atesorado, lo valioso.

    De todas estas acepciones podemos extraer que la Caridad nos dota de una visión por la que el otro es valioso, amado, perfecto, incluso en la ignorancia de sí mismo. Desde mi “no saber” entiendo que todos atravesamos la misma andadura y que por ello, debe ser compasivo, caritativo, empático…., que es lo mismo que ser amoroso y paciente con el sufrimiento ajeno, con el error ajeno, con la carencia ajena, con esa ilusión vital que todos arrastramos de serie y que poco a poco, vamos despejando.

    En el trabajo interior serio y sincero, a través de la claridad de una mente ordenada, más silenciosa y aquietada, se nos concede una serie de “Gracias”, dones, virtudes o recursos que fortalecen nuestra alma y nuestra mente, que nos ayudan a lidiar con los problemas cotidianos.

    Amar lo que nos sustenta, apreciar su generosidad y hacernos conscientes de Su Presencia nos habilita para regresar a ese estado original que vive latente a la espera de nuestra mirada y atención, a la espera de una devoción que siempre será correspondida. UCDM nos dice “lo que das te lo das”, “dar y recibir es lo mismo”…, contemplar la generosidad del universo, aceptarla, nos habilita para ser generosos, para ofrecer una relación de calidad que en caridad se expresa.

    La Caridad es una generosidad que va más allá de los condicionamientos de un mundo material y calculador. No limitas lo que ofreces porque sabes que ahí está la fuente de la abundancia. Ofreces una visión caritativa, un compañía que desde la empatía no se une al dolor, sino que por el contrario, ve la fortaleza y la sabiduría donde sólo parece haber ignorancia y debilidad. UCDM nos aconseja así: “Ofrece fe a tus hermanos, pues en ti no hay separación…, el Cielo es restituido a través de la relación, en ella reside la Filiación, a salvo en tu Amor”.

    Siempre que ofreces Fe, Esperanza o Caridad, estás ofreciendo una Verdad que está mucho más allá de tu entendimiento. No es necesario que lo entiendas con el intelecto, sólo que lo desees desde el corazón, así es como permites que el Amor te regrese a la conciencia de Unidad de un Reino al que perteneces.

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