PACIFICA-MENTE Cultivar 30 11 20

 

CULTIVAR                                                          30 de noviembre de 2020

Llegamos a la última propuesta de Joe Dispenza. Vemos que comienza siendo muy amplia, pero luego se concreta en una situación específica: “cultivar una sensación de plenitud cuando nos diagnostican una enfermedad”. Es por eso que vamos a empezar por el final.

Cuando hablamos de enfermedad, asistimos a carencia de salud, al igual que cuando hay oscuridad es por ausencia de luz, o que el miedo no es otra cosa que falta de Amor. Vemos que vivimos en un mundo dual, polarizado, en el que nos vemos inmersos en diversas experiencias. Cada cual vive precisamente aquellas que le van a enseñar a tomar consciencia de una realidad que va más allá de nuestros cinco sentidos físicos, de la forma que más se adapta a su particular forma de ser.

Es cierto que a veces hasta que no estamos en una polaridad en la que no nos sentimos cómodos, no comenzamos a cuestionar nuestra actitud, nuestro papel, nuestro sentir. La enfermedad suele llevar un mensaje muy potente al que sólo algunos acceden y cuando lo hacen, el cambio es asombroso. Y lo mismo ocurre con todas las situaciones adversas de la vida.

Saber que hay un “para qué”, confiar que “todo es para bien” y permitir recibir la conciencia de ello, nos ofrece un sentido de vida que nos ayudará a sobrellevar los incidentes de forma serena y sabia, con una mente en Paz y enfocada en el Amor.

MANOS A LA OBRA La idea de cultivar nos lleva a la acción, y para actuar lo primero es tener un propósito, saber qué queremos lograr y establecer una firme voluntad para conseguirlo. Si queremos paz, felicidad, amor, alegría, bienestar…, cultivaremos, es decir, prestaremos atención y cuidado en relación con nuestros pensamientos.

    El cultivo es un arte, una disposición de plantar semillas en tierra fértil. Nuestro corazón ha de estar abierto para poder recibir y albergar esos recursos que un día darán fruto. Debe estar dispuesto a mimar y alimentar la gratitud, la generosidad, la confianza, la inocencia, la empatía, la tolerancia, la comprensión, la compasión, la aceptación y el perdón…, cada uno de esos aspectos del Amor que nos conducen de regreso a nuestro Hogar, a nuestra Identidad, a lo que Somos.

PLENITUD La sensación de plenitud viene por sí sola, cuando nos damos cuenta de que esas semillas no están fuera, sino dentro, de que no tenemos que procurar obtener nada del exterior porque en nosotros ya está todo lo que necesitamos, y al contrario de las leyes del mundo, ocurre que cuánto más lo utilizamos, cuánto más entregamos, más tenemos.

    Así es como recuperamos nuestro poder y nos volvemos responsables de todo: de lo que pensamos, de lo que sentimos y de lo que hacemos, así es como recobramos la coherencia y comenzamos a conocernos mejor, con el conocimiento llega el recuerdo y con el recuerdo, llega la libertad, la consciencia, la certeza de que no existen limitaciones para el espíritu, de que la nube nunca estuvo atrapada en una jaula y de que en realidad, ser uno mismo no requiere esfuerzo alguno. Así cerramos el círculo:

“Debemos hacer aquello que más nos cuesta (ya no nos cuesta tanto), ser generosos ante la crisis; amar ante el enojo y el juicio; demostrar valentía y serenidad ante el terror; ser bondadosos ante la hostilidad y la agresividad; entregarnos a las posibilidades ante la competencia feroz; sonreír ante la adversidad y cultivar una sensación de plenitud siempre” ¿OS ANIMAÍS?

    Despido esta serie dedicada a Joe Dispenza y su libro “El placebo eres tú” con una frase de Nisargadatta Maharaj, que nos puede facilitar la integración de estas propuestas:

“ Piensa en el Amor como la abstención de discriminar entre – mi - y lo - otro - “

Amar es actuar teniendo presente la UNIDAD que SOMOS.