PACÍFICA-MENTE Armonía 15 02 21

 

ARMONÍA                                                                      15 de febrero 2021

    Vivir “en armonía” requiere de una voluntad y una fortaleza basadas en el discernimiento. El discernimiento, como ya vimos, es la visión que nos ayuda a distinguir entre la voz de nuestro ego y la de nuestro verdadero Ser que es Amor.

    La voz del ego nos habla de venganza, castigo, culpa, victimismo…., para el ego el equilibrio es devolver mal por mal, su sentido de la justicia ignora el perdón y la compasión, donde ha habido sufrimiento, impone más sufrimiento. No conoce la humildad, se concentra en las ofensas y en la necesidad obsesiva de una “reparación” que en vez de reparar, produce todavía más destrozos, confundiendo de este modo, el orgullo con la dignidad.

    Precisamente ese tipo de respuesta basada en la venganza, descompensa todavía más la situación, empeorando y aumentando la desolación y la ruina. Y equilibrar no es otra cosa que compensar, es poner aquello que falta. La armonía es un equilibrio constante que se consigue primero, poniendo en valor la paz y segundo, compensando los contrarios, reconciliando posiciones y como escuché hace unos días en un discurso por la paz: “desatando nudos en vez de cortarlos”.

    La voz de nuestro verdadero Ser no sabe de castigos ni venganzas. Ve en el otro a sí mismo, manifestado de forma diferente y actitudes no sólo diferentes, sino incluso, opuestas a las propias. Comprende el absurdo de juzgar y castigar, sabiendo que sólo desde la ignorancia uno se convierte en fuente de dolor, por lo que a esa ignorancia, a esa oscuridad, ofrece su luz, su belleza, su alegría, su Paz.

UNA ESTRELLA POLAR Establecer la Paz por encima de todo, acallando la voz que habla de orgullo y castigo, teniéndola presente como objetivo en nuestra vida, es fundamental para no extraviarnos en el camino. Nuestra meta se convierte así en esa estrella polar que nos guía incluso en las zonas más oscuras y erróneas, aquellas que nublan nuestra mente y velan nuestra visión.

COMPENSACIÓN Para crear armonía a nuestro alrededor, no hay que perder de vista nuestra estrella polar, nuestro sentido de vida que nos guiará para no desviarnos del camino. Una vez ahí, hay que tomar la decisión que regrese el equilibrio a la situación en particular, así que el siguiente paso es compensar.

    Compensar es equilibrar la balanza. Es ofrecer lo que falta, lo que permitirá revertir el dolor, sanar heridas, cerrar episodios y liberar los sentimientos enjaulados. Ofrecer amor, compasión, comprensión…, aportar una nueva mirada que solo ve inocencia y fortaleza, que va más allá de los hechos y nos muestra una perspectiva nueva donde sí hay salida, donde la redención y el perdón no sólo son posibles, sino que son la única solución al conflicto que de otro modo, se perpetuaría absurdamente.

    Cuando estamos sanos, nuestro cuerpo refleja una armonía interna que sólo al perderse, nos hace enfermar. La sabiduría de nuestra biología pone en marcha la homeostasis para que nuestro cuerpo compense por sí mismo los desequilibrios y eso mismo, es lo que nuestra mente debe aprender para mantenerse en pie ante las dificultades que se presenten y no “caer” en el error de escuchar la voz del ego y sumarse al miedo.

    El miedo arrasa, es destructivo y desolador. El miedo se disfraza de orgullo, de una dignidad malentendida que nos lleva a actuar ignorando la verdad de nuestro Ser, que es Amor puro e incondicional.

    Desear recordar, desear regresar, desear estar en paz es el primer paso para recuperar nuestra armonía interior para luego manifestarla y extenderla en un mundo sediento de equilibrio y justicia verdadera.