PACÍFICA-MENTE Para la Libertad 2ª parte 4 10 21

PARA LA LIBERTAD 2ª PARTE                                                                            4 de octubre de 2021 

PASO A PASO

    Pero para llegar a eso, a esa nueva visión instalada firmemente en el Amor, lo primero es albergar el deseo de ser libres, de vivir en paz y armonía, de amar por encima de todo. Aquí comienza nuestro periplo, desde ese firme propósito ahora podemos emprender un viaje en el que vamos a abrir las compuertas y vamos a dar permiso a que lo que sea, SEA. El deseo será el motor de nuestra búsqueda y si nos mantenemos fiel al mismo, nuestra perseverancia se verá recompensada.    

    Desde el deseo de conocernos mejor, de aprender a vivir y regresar al estado de alegría y plenitud que nos pertenece, daremos el segundo paso que no es otro que entrenar nuestra mente y vigilar nuestros pensamientos a través de la atención, de un estado de alerta consciente al que Jiddu Krishnamurti, el gran místico hindú, denomina “captación pasiva sin opción”. Esta dinámica está unida al tercer paso que es la necesidad de afinar nuestra capacidad de observación, para lo cual la quietud y el silencio interior son nuestros grandes aliados.

    Si deseamos trascender la rueda de la vida terrena que se sostiene en la creencia en la dualidad, si lo que queremos es conocer la “realidad” de nuestro Ser, esa primigenia energía amorosa universal que es fuente creadora de todo lo que conocemos. Si queremos vivir conscientes y despiertos, deberemos reconciliar opuestos y salvar obstáculos que nos impiden vislumbrar la Unidad del Amor de la que somos parte. Esa reconciliación pasa por salvar los juicios y las comparaciones y abordar esa “captación pasiva sin opción” que antes he mencionado y que nos abre la puerta de la serenidad.

    Se trata de una actitud meditativa ante las circunstancias que nos rodean, un captar (porque estamos atentos) desde la pasividad de la no intervención: observando y contemplando evitando el juicio. Los afectos y las aversiones no nos conmueven porque comprendemos que aquello a lo que asistimos, de lo que somos co-creadores y espectadores, nos está invitando a una comprensión más profunda de lo que se halla en nuestro interior.

    Cada día nos da la oportunidad de contrastar no para condenar o maldecir, sino para aprender a amarlo desde la compasión y el respeto, desde el Amor que libera y sana.