PACÍFICA-MENTE Movimiento 29 11 21

 

MOVIMIENTO                                                  29 de noviembre de 2021

    Sabemos que todo está en constante movimiento, nada se detiene, nuestro planeta gira y gira sin cesar, nuestros corazones laten y su bombeo permite el funcionamiento de todos los órganos de nuestro cuerpo, que incluso cuando parece aquietado, sigue vibrando, movido por una mecánica rítmica que permite la experiencia humana.

    Los cuatro elementos nos hablan de movimiento: los fenómenos terrestres que ocultos, activan volcanes, terremotos…, el aire cuya esencia es su flujo, el fuego que se expresa en continua transformación y por supuesto el agua que de estancarse, se degrada y corrompe, perdiendo por completo sus propiedades.

    Esa acción incontenible no es propiedad de la dimensión material, sino que también podemos observarla en el interior de nuestra mente, a través de la cantidad ingente de pensamientos que vienen y van, que en ocasiones nos poseen e incluso, nos gobiernan.

    Cuando nos externalizamos y ponemos toda nuestra atención en lo que pasa afuera, sin atender a los espacios interiores, lo que ocurre es que nos extraviamos en los hechos y ello nos impide, comprender las causas, lo que es frustración segura.

    Olvidamos la estrecha relación que existe entre lo que experimentamos y la conciencia individual que lo experimenta, la cual visto lo visto, tiene la facultad extraordinaria de elaborar la idea que decida sobre ello.

    Existen dos procesos que son mutuamente inversos: el primero es “tengo una idea y actúo en consecuencia”, el segundo es “asisto a una acción y decido qué idea elaboro entorno a ese suceso”. Ambas dinámicas son posibles y de ello se deduce la capacidad innata del ser humano para re-crear su realidad en completa libertad.

    Vemos que la acción no se circunscribe únicamente a lo material, a lo que podemos observar, tocar, respirar…, sino que las ideas en sí también pertenecen al mundo de la acción y el movimiento.

    Que las ideas surgen del movimiento de nuestra mente, nos permite entender que puede haber acción sin ideas previas, es decir, que podemos actuar libres de ideas, libres de condicionamientos, simplemente en la espontanea expresión de lo que somos.

    Es ahí cuando descubrimos un tercer proceso que va más allá de la interdependencia idea-acción, es el terreno de la libertad absoluta en la que somos capaces de actuar no movidos por un pensamiento elaborado y meditado, sino por una fuerza superior que al ser escuchada en silencio y quietud, nos guía a una acción independiente y amorosa.

    En ese instante de luz, somos corazón, latido... somos pulsión, somos resolución movida por una energía que no entiende de razonamientos ni de procesos intelectuales que sopesan lo que conviene o no, sólo nos movemos por Amor y ahí, es cuando nos convertimos en conciencia libre en acción, es cuando vivimos de verdad.

    Se trata de un estado instintivo de sencillez e inocencia a través del cual sabemos perfectamente qué hemos de hacer, sin importar lo que otros opinen, ni siquiera buscando un objetivo determinado, sino por el hecho de extender eso que llevas dentro y desea compartirse.

    En ese estado, somos fuertes e invulnerables porque no hay temor, ni necesidad de seguridad ni protección. Nos desenvolvemos en confianza y generosidad plenas, liberados de creencias, memorias y patrones que nunca nos pertenecieron, reconciliados con la esencia de la que procedemos y formamos parte.

    Llegar a este colmado de Ser pasa por escuchar tu voz interior, por aquietar y silenciar el movimiento de tu mente de forma que pueda sintonizar con la frecuencia vibratoria del Amor, cuya Voz armoniosa nos recuerda quienes somos.