LA MIRADA APRECIATIVA en CEIP Maestro Don Pedro Orós 07 06 23
Tras un nuevo encuentro con el Unicornio Azul, hoy atesoro la sensación maravillosa que ayer recibí por parte de la Comunidad Educativa del CEIP Maestro Don Pedro Orós, que entusiasta y receptiva, me ofrecieron la oportunidad de compartir esta pasión que me va construyendo día a día.
Gracias, gracias, gracias.
Comparto en esta publicación el material relativo a "La mirada apreciativa". Deseo que os pueda servir para la reflexión en vuestra preciosa y compleja labor educativa. Hasta pronto.
PROPUESTA:
El objetivo – La mirada apreciativa
Fernando Sabater: “La enseñanza presupone el optimismo tal como la natación exige un medio líquido para ejercitarse”
El optimismo tiene mala prensa. Se cree que el optimista es ingenuo, que su enfoque está alejado de la realidad y que por tanto, no se puede tener en consideración. El miedo al que dirán o al ridículo por exhibir una actitud positiva ante la vida, impiden el desarrollo de un pensamiento que es mucho más necesario y efectivo de lo que podemos imaginar.
Nos dejamos llevar por lo que opina la mayoría y confundimos lo habitual con lo natural. Como es habitual pensar mal, creemos que es natural pensar mal. (Cuánto daño a hecho el refrán: piensa mal y acertarás…., y como le gusta al ego tener razón…..).
En este proceso de “pensar mal”, la queja y el victimismo se sitúan en el primer plano de nuestros comportamientos y ello nos impide situarnos en el otro polo, que es el agradecimiento y la responsabilidad, dos actitudes que se han convertido en excepcionales y que sin embargo, son las que precisamente responden a la verdadera naturaleza de lo que somos.
Nuestro objetivo como seres humanos, no sólo como docentes, debería pasar por revisar nuestra mirada, la forma en que percibimos a los demás y el trato que les dispensamos. Apreciar al otro sólo por lo que es, sin necesidad de que exhiba determinadas conductas o se amolde a condiciones preestablecidas por la cultura o la sociedad, es un reto al que todos estamos llamados si queremos mejorar nuestra vida y la de nuestros congéneres.
Dice Sabater: “Educar es creer en la perfectibilidad humana, en la capacidad innata de aprender y en el deseo de saber que la anima […]
El nos habla de creer, yo apuesto por saber, saber que todos somos perfectos, dentro de nuestras singularidades. Que venimos a aprender y que si a veces, no manifestamos ese deseo de conocer no es porque no se encuentre en nosotros, sino porque tal vez no hemos recibido los estímulos necesarios para propiciar nuestra curiosidad y ganas de saber que son ganas de vivir. Dice Mario Vargas Llosa: “Si se pierde la curiosidad, uno se muere en vida”
En todos los ámbitos, no sólo en el educativo, podemos observar casos de desmotivación y desinterés, verdaderos zombis intelectuales, emocionales y espirituales. Si nos detenemos un instante a recapacitar sobre ese tipo de actitudes, veremos que detrás de ellas hay mucho dolor, mucha carencia, falta de atención y reconocimiento, en definitiva, falta de amor.
La desorientación y la confusión del otro nos habla de la nuestra propia y es entonces, cuando debemos hacernos responsables y tratar como seres humanos, de poner todos los medios a nuestro alcance, para en la medida de los posible, aliviar, remediar y compensar estas faltas que de algún modo, nos competen a todos porque a todos nos repercuten.
La mirada apreciativa es un término conocido en psicología que en el ámbito espiritual se conoce como la mirada inocente o percepción inocente. Os invito a cultivar esa mirada, sin crearnos expectativas ni buscar resultados concretos, sólo por el hecho de alimentar un pensamiento que hace bien no sólo al que lo recibe, sino que mucho más al que lo piensa.
Os invito a soltar prejuicios y creencias limitantes, a dejar de buscar confirmación externa y pruebas irrefutables de la verdad y bondad de esta idea que vamos a explorar esta tarde. Que simplemente os lancéis al vacío para explorar por vosotros mismos nuevas posibilidades que de algún modo, amplían el espacio de trabajo y nos animan a hallar certezas interiores que nunca llegarán si no estamos dispuestos a experimentar nuevas ideas y formas de relación con el otro.
Los medios – Confianza, generosidad y perseverancia
Lao Tzu: “Aquel que no confía lo suficiente no será digno de confianza”
Si no confías, nunca seras una persona de confianza. Quién se acercaría a alguien que le juzga, que le teme, que no le ofrece la oportunidad de ser quién es, con sus defectos y sus virtudes, con las circunstancias que en ese momento, le limitan o le condicionan….. Ser digno de confianza pasa por cultivar la confianza en los demás….
El efecto Pigmalión secunda y corrobora tanto los efectos maravillosos de la confianza en el otro, como los efectos de lo actitud contraria. Se trata de un proceso por el que la realidad se ve afectada por la interpretación o creencia de cómo ésta debería ser, lo que es lo mismo que afirmar el poder que nuestro pensamiento tiene sobre nuestras experiencias.
Este fenómeno está relacionado con la teoría de la Profecía Autocumplida, por la que se afirma que si creemos que algo ocurrirá, propiciamos que así sea.
Lo que es indudable es que nuestros pensamientos influyen tanto positiva como negativamente en la autoestima de aquellas personas que están en nuestro entorno, ya sean nuestros hijos, nuestra pareja o como es el caso, nuestros alumnos. Veamos cómo funciona:
El efecto Pigmalión fue probado por los investigadores Rosenthal y Jacobson, en 1964. Evaluaron a niños de primaria, seleccionados aleatoriamente, con el inventado y falso Test de Harvard de Adquisición Conjugada, que supuestamente medía la capacidad intelectual o cociente intelectual de los alumnos.
A los profesores se les dijo que los alumnos que sacaran mejor puntuación en este test, tendrían las mejores puntuaciones académicas en el curso escolar.
Y así fue. Tras 8 meses, los alumnos sometidos a este experimento y que sacaron las mejores puntuaciones, el curso siguiente habían obtenido un rendimiento realmente espectacular, superando al grupo control con creces. Al darle información a los profesores de los alumnos más “brillantes” o capacitados, éstos, inconscientemente, facilitaron el éxito de estos alumnos, debido sus expectativas.
Los investigadores lo acusaron a 4 factores:
- Lenguaje no verbal: sonrisas, miradas, tono de voz…., que favoreció un clima emocional más cálido y cercano.
- Mayor esfuerzo en explicar y mayor expectativa hacia los resultados.
- Mayor confianza: tiempo de respuesta, ofrecer alternativas.
- Refuerzo positivo a través del elogio y la atención.
De este modo se confirma la frase de Jiddu Krisnamurti "No vemos las cosas como son, sino como somos".
“Desde el punto de vista neurofisiológico, cuando alguien confía en nosotros y es nuestro Pigmalión, el sistema límbico se acelera y con ello la velocidad de nuestro pensamiento, incrementando nuestra lucidez y energía, consiguiendo una mayor eficacia y eficiencia”. Cristina Martínez de Toda
El efecto Pigmalion cuando se utiliza desde el juicio en vez de la confianza, produce el fenómeno de las etiquetas, por el cual se circunscribe a una persona a un determinado rol negativo del que le va a ser muy complicado deshacerse, todavía más cuando se trata de un menor, el cual acabará confirmando las bajas expectativas que se tienen de él.
Para alimentar la mirada apreciativa contamos también con la generosidad y la perseverancia. Generosidad para ser capaces de ofrecer esa confianza no a unos pocos, sino a todo el grupo. Perseverancia para no dejarse vencer por las pequeñas insatisfacciones de no hallar resultados inmediatos a nuestro esfuerzo.
Los resultados - ¿Cómo te sientes y cómo haces sentir?
Abraham Lincoln: "Cuando hago el bien, me siento bien. Cuando hago el mal, me siento mal. Y esa es mi religión”.
Tal y como expresó Machado, el camino se hace cada día, perseverando y confiando en que la vía que hemos iniciado no sólo nos puede ayudar a alcanzar un objetivo loable, sino que por sí misma, es una forma de actuar que nos va a reportar muchas alegrías, la primera y más inmediata, estamos ofreciendo lo mejor de nosotros mismos, nuestro pensamiento de aliento y confianza, una mirada generosa que entrega el reconocimiento de lo que se es, sin juicios, ni prejuicios, sin miramientos ni distingos.
Nos hemos desprendido de los condicionamientos y ofrecemos la libertad que el otro precisa para crecer y poder aprovechar al máximo las posibilidades y oportunidades que la educación ofrece.
No hay que esperar para recibir la recompensa, la recompensa está ya en el camino, en la forma de relacionarnos con el otro. Ejercer nuestra labor a través de la mirada apreciativa nos va a proporcionar mucha satisfacción personal y eso, aunque puede parecer que no, ya es suficiente.
En cuanto a la repercusión que esta mirada va a a tener sobre los otros, es una experiencia que cada cual ha de vivir y propiciar, de modo que así vaya comprobando las bondades de este pensamiento que es patrimonio de todos. Las certezas se adquieren con la experiencia, es allí donde podremos recoger la siembra de aquello que se ha cultivado.
Tus aliados – Unidad y relacíón ¿Somos el mismo Ser? Lo que doy me lo doy
Aristóteles: “Todos y cada uno de los seres humanos tenemos una facultad sobresaliente, un talento individual, un don especial o una capacidad única que hay que desarrollar”
En términos espirituales, somos un sólo Ser, un Ser de Luz y Amor manifestado en formas diferentes, con aptitudes y caracteres diversos que cuando se relacionan, suman, aportan, comparten….. La diversidad es riqueza y abundancia y lejos de rechazar al otro por sus diferencias, el espíritu que sabe amar, acoge y aprecia aquello que refleja una realidad o vía diferente para crecer y enriquecerse, aprender y completarse.
Dar y recibir, desde esta perspectiva, son lo mismo. Lo que doy al otro – que es lo mismo que yo- me lo doy a mi mismo. La comprensión, la paciencia, y el aplomo, la confianza, la generosidad y la perseverancia, son todos ellos recursos que al ofrecerse, nos reportan beneficios inmediatos.
Los seres humanos estamos conectados, somos pura energía relacionándose en frecuencias de vibración más o menos altas. Cuando la vibración que yo ofrezco es de frecuencia elevada, ayudo a elevar la frecuencia del otro, y así al contrario. Somos espejos y todos en diferentes momentos de nuestra vida, hemos experimentado estos procesos causa-efecto.
Conociendo estas dinámicas, habiéndolas experimentado incluso de forma inconsciente, podemos usarlas a nuestro favor, potenciando e iluminando desde el Amor y la mentalidad recta, ésa que lejos de juzgar y maldecir, acepta y bendice:
VE AL OTRO COMO LO QUE EN VERDAD ES
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