PACÍFICA-MENTE El Jardín Interior 4 11 24

 

EL JARDÍN INTERIOR                                       4 de noviembre de 2024

  

      El ser humano quiere diseccionarlo todo para poder comprenderlo. Nos cuesta aceptar aquello que no se puede experimentar a través de la materia y es así que ignoramos un poder espiritual que no sólo poseemos, sino que forma parte de una identidad de Amor que nos causa un miedo atroz.

     Vencer el miedo al Amor, a la Belleza que se halla tras toda manifestación física, al acceso y conocimiento de una Verdad que no está fuera, sino adentro de cada uno de nosotros, no es una tarea fácil. El mundo en el que “parecemos” vivir está diseñado precisamente para confirmar sus premisas, los pensamientos a través de los cuales fue fabricado.

 

“No podremos salir de la cuadratura del círculo mientras sigamos manejando criterios y percepciones propias del paradigma materialista y mundano.”

        

         Hemos visto que para poder aceptar lo imperceptible desde lo físico es necesaria una observación atenta de lo que ocurre ahí afuera para atender a  las sensaciones internas que se derivan de eso que estamos experimentando. El conocimiento de uno mismo requiere además de estar presente, una predisposición a aceptar que cuando nos alejamos de la felicidad y el bienestar, del contento interior, es que hay algo que no estamos “viendo” o “comprendiendo”, hay algo que oculta una sabiduría de vida que podemos aprender a despejar.

         Estas últimas semanas hemos aprendido a ver la fe, la esperanza y la caridad desde un punto de vista menos “beato” y más práctico, más en consonancia con una inteligencia a nuestro servicio. Se trata de una nueva forma de pensar que lejos de perturbarnos, nos calma y tranquiliza, nos invita a transitar este camino desde un lugar pacífico y conciliador, sin juicios, ni culpas, sin víctimas.

          La fe ahora es un regalo que nos hacemos a nosotros mismos, somos fieles a nuestra luz interior y comprendemos que nada puede apagarla si nosotros no lo permitimos.

         “Nada externo a ti puede hacerte daño” y esta afirmación de UCDM sólo podrás sentirla y experimentarla cuando decidas dar cobijo a esa fe que te insufla fortaleza y energía, que aumenta tu autoestima y te ofrece un Centro al que regresar ante “la tormenta” para descansar y reponer fuerzas. Has hallado un aliado en tu interior que te habla en silencio y te acompaña donde quiera que vayas, que te ama incondicionalmente y sabe cuando tú no sabes, te orienta cuando estás confundido y se ofrece a recibir tu oscuridad para disolverla en Su Luz, que es la tuya propia.

 

         La fidelidad ahora es mutua. El Amor siempre estuvo ahí, pero como es dulce, manso, respetuoso y comprensivo, quedó a la espera de tu invitación, a ese acto de fe y acercamiento, de libertad y conexión.

          La aceptación de ese ofrecimiento por el que tu maestro interior se ofrece a convertir tu desierto en un jardín, es lo que en UCDM se conoce como Expiación. El reconocimiento de que en tu interior se halla el poder alquímico que puede transformar tu percepción errónea o falsa en una percepción inocente y amorosa, es un pensamiento sublime que ayudará a despejar la bruma, a levantar ese velo que un día fabricaste y cuyo peso ya no deseas soportar.

          Estás comenzando a participar en la “creación”. Has sentido que tus “fabricaciones de miedo” te llevaban al dolor y al sufrimiento, a la separación y la fragmentación y ya no te interesa. Te has dado cuenta de que todo ese mundo que antes habías valorado tanto, no te representa ni te satisface, sientes que mereces vivir de otro modo y que, a pesar de las apariencias, es posible conseguirlo.

          A partir de ahora vas a dedicar tu esfuerzo a crear un jardín interior. Un espacio de serenidad y gozo a través del cual relacionarte de una forma más fluida, sencilla y generosa, un Centro presente y acogedor desde el que respirar, pensar, percibir, sentir, amar y disfrutar…., en definitiva vivir, desarrollar una vida plena y satisfactoria, pacífica y feliz, en la que cada día es la gloriosa oportunidad de agradecer y corresponder por una experiencia que a través de tu voluntad, será cada vez más amable.

  El Cielo en la Tierra es fruto de una voluntad conjunta, unificada”

 

 

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