PACÍFICA-MENTE La Escultura Ideal 16 06 25
LA ESCULTURA IDEAL 16 de junio de 2025
A través de “La Vibración de las Peonías”, nos volvemos conscientes de nuestra negatividad y de la capacidad que todos tenemos para poder disolverla, simplemente propiciando la creación de vibraciones elevadas prestando atención a lo que nos ayuda a emerger de la oscuridad, poniendo el foco en lo que nos hace sentir bien y obviando aquello que nos lleva a la queja, al victimismo o incluso, a la agresividad.
Lo esencial en nosotros no puede ser sometido a juicio, debemos aceptarnos con nuestras debilidades y fortalezas, nuestras luces y sombras, abrazando nuestra naturaleza que tal y como es, no merece disconformidad alguna, sino compasión. Incluso aquello que antes podía considerar una deficiencia en mí, desde esta perspectiva amorosa e integradora, resulta que es una peculiaridad que si soy capaz de bendecir, me va a mostrar la lección que he venido a aprender.
No somos un personaje que deba de estar sujeto a crítica o alabanza alguna, ni una escultura ideal perfectamente acabada e instalada en medio de nuestro jardín, sino que somos una experiencia en constante evolución y por el hecho de estar aquí manifestados, somos sagrados, amados, dignos y merecedores. Perseguir un ideal inamovible, ajeno a las fluctuaciones propias del mundo en el que vivimos, es sólo miedo. En el Amor ya somos perfectos, todo está bien y no hay nada que demostrar. Desde esta visión sí que podemos “descansar en Paz”.
Hemos de aprender a salir de la historia que nosotros mismos hemos fabricado para entregarnos sin ningún tipo de limitación, a lo que sentimos. Para ello primero tenemos que darnos cuenta de lo que realmente nos hace ser quienes somos, en nuestra íntima particularidad. Sí que somos UNO, pero que seamos lo mismo, la mismidad, no significa igualdad, sino al contrario, multiplicidad en LO MISMO.
Antonio Blay lo explica así: “Todos los problemas psicológicos son consecuencia y aspectos de la falsa identificación con el yo idea que se proyecta hacia el yo ideal dando lugar al personaje de cada día.” Hay una forma de ser mejor que lo que tú consideras que eres y por tanto, aspiras a ella de forma, que el ideal -la estatua- llega a ser más importante que el ser que habita el jardín.
Las diversas pasiones que nos mueven surgen simplemente, de una pretensión vana de aparentar ser lo que no se es, una neurosis colectiva que nos complica la existencia hasta extremos de caer enfermos tanto física como mentalmente.
El drama humano es vivir atrapado en una jaula que sólo es fantasía mental. Una fantasía llenas de ideas e interpretaciones que nos alejan cada vez más del Amor que somos. La paradoja es que en la búsqueda de afectos y valoración externos, perdemos la verdadera conciencia capaz de darnos eso que tanto anhelamos.
Vivir sin filtros es patrimonio de los sencillos, los niños y los animales. Expresarse desde el infinito, más allá de artificios impuestos, sólo es posible cuando renunciamos a un ideal que es falso, porque así es cuando, de repente, surge la verdad, lo auténtico en nosotros.
La clave de la psicología transpersonal, que va más allá de la persona, del personaje, consiste en dar un salto de consciencia por el que pasamos del tener al Ser. No es que tengamos atributos, ni que los recibamos de la fuente interior, sino que eso que parecemos poseer tan sólo en ocasiones, en realidad es lo que somos.
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