SENDEROS DE LUZ (La Senda del Unicornio - 15 04 20)


SENDEROS DE LUZ

El pasado día 13 de abril envié un audio a los compañeros de Pacífica-Mente, dedicado al concepto de inocencia. La inocencia es un atributo que compartimos con la Fuente de Amor de la que procedemos, somos lo mismo que ella, y por tanto contamos con sus mismos dones. Esos dones han sido olvidados y recuperar nuestra inocencia “volvernos como niños” es aprender a recordar quiénes somos en realidad, es recuperar la mirada de inocencia que todo lo ve sanado, bello, fuerte….

Soy consciente de que en estos momentos que estamos viviendo es difícil proponer esta visión, sin embargo, realmente es cuando más se hace necesario, pues un cambio de percepción implica tarde o temprano, un cambio en las circunstancias externas, aunque esto hoy en día, no nos parezca posible.

Cuando Jesucristo en su famosa cita nos insta a volvernos como niños para poder acceder al reino de los cielos, no nos pide que nos comportemos como si tuviéramos de nuevo cinco años, no nos pide que renunciemos a nuestra madurez, nuestras experiencias, nuestra vida, simplemente nos anima a procurar un estado mental de serenidad que sólo será posible si somos capaces de abandonar hábitos que arraigados en nuestra forma de contemplar el mundo, nos atan a la percepción del miedo.

 Nos está invitando a regresar a una actitud mental de inocencia que deja los juicios de lado, que no cree en la culpa ni en el victimismo, una actitud que aborda su responsabilidad y se pregunta qué puedo hacer por el mundo y no qué puede hacer el mundo por mí.

Se trata de cultivar una visión que ya no valora ni se enfoca en aquello que resulta del miedo: en la enfermedad, en la incertidumbre, en el dolor…., sino que va más allá del drama y es capaz de entender que tras los acontecimientos que amenazan nuestro mundo, nuestra forma de vida…, hay un mensaje, una certeza de que tras la desolación, permanece una fuerza invisible cuyo propósito es que despertemos a la conciencia de una existencia que está más allá de lo material y que, si nos unimos a ella, a ese Amor inmutable y eterno que nos dio la vida, que si conseguimos vislumbrar esa realidad invisible que a todos nos pertenece, lograremos materializar el sueño que todos anhelamos: un mundo sano, alegre, solidario, resultado del empeño, la voluntad y la valentía de una mirada diferente, una mirada compasiva, redentora, humanitaria, una mirada completamente inocente, la mirada de esa luz que habita en el interior de cada ser porque a pesar de las apariencias, a pesar de las oscuridad, todos somos la Luz del mundo.

Daniel Goleman en su libro “La fuerza de la compasión” nos dice lo siguiente: “Nuestro periplo empieza responsabilizándonos de una mejor gestión de nuestra propia mente y emociones que el Dalai Lama denomina higiene emocional, reducir el poder de las emociones destructivas  y cultivar maneras de ser más positivas, un autodominio así nos permite apuntar, cultivar y actuar mejor basándonos en valores humanos básicos que considera conforman una ética universal fundamentada en la unidad de la humanidad y que se expresa mejor como compasión hacia todos. Más adelante afirma que según el Dalai Lama, una ciencia de la compasión puede ayudar a la humanidad situando valores humanos sobre una base más firme, una compasión fornida garantiza una acción vigorosa a fin de denunciar y responsabilizar a las fuerzas sociales tóxicas como la corrupción, connivencias y prejuicios. La compasión desencadenada nos proporciona un nuevo punto de partida desde la que mejorar sistemas como la política, la economía y la ciencia. En la práctica eso significa transparencia, justicia y responsabilidad”.

La compasión, el agradecimiento, la generosidad, el altruismo…, son valores que conectan inevitablemente con la mirada inocente. Sería deseable un mundo donde este tipo de cultivos inundara las mentes de sus habitantes, de forma que no quedara sitio para esas malas hierbas que como los baobabs del planeta de El Principito, podría acabar arrasando nuestro planeta.

Me despido con un poema de Sophí Kara que nos anima que quedarnos con la inocencia, con la alegría con la esperanza, a cultivar todo lo bueno en nuestras mentes….. Hasta pronto.

Me quedo contigo,
con tus mensajes de aliento,
con tu sonrisa,
tus momentos de alegría,
tu generosa presencia
tu desinteresada entrega.
Me quedo con la magia
de una palabra,
una canción, una poesía,
con la mirada
que ve esperanza,
que anima la vida.
Me quedo contigo,
con tu sinceridad, tu alma
inocente y libre,
que vence temores
que aúna miles de razones
para quedarme contigo.


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