SENDEROS DE LUZ (La Senda del Unicornio 8 04 20)
SENDEROS DE LUZ
El audio para
Pacífica-Mente de este lunes, día 6 de abril, lo dediqué íntegramente a darle
una vuelta al mensaje de la crucifixión de Cristo. Lejos del dolor, la tristeza
o la injusticia que nos han enseñado a percibir en este episodio de la vida de
Cristo, UCDM reinterpreta esta posición y la traslada a su propósito final que
no es otro que la resurrección, que el establecimiento de la idea del
renacimiento y redespertar del ser humano a través del ejemplo de un hombre que
tras ser crucificado, venció el mundo, venció el juicio, la persecución, la
crueldad y la miseria para enseñarnos que el camino, la verdad y la vida,
pertenecen a un mundo nuevo gobernado por el espíritu del Amor, un Cielo que se
instala en la mente de quienes deciden dar la bienvenida al mensaje de Unidad,
Paz y armonía que muchos maestros a lo largos de los siglos, nos han querido
transmitir.
Ser Uno, albergar esa
conciencia de Unidad que abraza a todos los seres vivos, implica unirnos a la
decisión que Jesucristo tomó cuando, sabiéndose completamente a salvo, se dejó
asesinar por aquellos que, asustados y temerosos de su palabra, no supieron
entender su maravillosa sabiduría de amor y perdón. "Perdónales porque no saben
lo que hacen" es una frase que deberíamos tener presente siempre que nos
sintamos atacados, “crucificados”…, nuestras relaciones mejorarían
sustancialmente si fuéramos capaces de estar más allá de eso que percibimos en
los demás, si fuéramos capaces de entender que todo aquello que nos acontece es
porque está dentro de nosotros, es algo que todavía no hemos sanado y que
debemos experimentar para trascenderlo y elevarnos por encima del error, de ese
miedo que nos hace creer que estamos separados, que no somos lo mismo, que
estamos en peligro, vulnerables, pequeños, abandonados.
El mensaje de Cristo nos
invita a escuchar una sola voz, aquella que nos habla de una realidad que si
bien se manifiesta en este mundo, no es de este mundo. Cuando escuchamos nuestra voz
interior, la del Ser que todos compartimos, nos elevamos en vibraciones de alta
frecuencia, nos sintonizamos con nuestra fuente creadora y comenzamos a despertar
como hombres y mujeres nuevos, completamente ajenos a los pensamientos del ego
que propician el conflicto y la separación.
Ya no pensamos en
términos de separación, comenzamos a pensar en todo lo que nos rodea, a
observarlo, a asumirlo, comprendiendo que YO SOY, que todos somos, que como
gotas de un inmenso océano, somos el océano, somos la totalidad. Vivir desde esta
visión de plenitud es comenzar a despertar a una conciencia que ya no teme, ni
juzga, que ya no limita ni aprisiona, una conciencia que ofrece libertad porque
eso es lo que siente, la completa libertad de ser y experimentarse en un mundo
cuyo conflicto no sólo es necesario superar, sino que tarde o temprano, su
disolución será inevitable. Este es el mensaje de vida que no de muerte, que debemos
comenzar a alimentar. Es el mensaje que desde la Cruz nos regaló Jesucristo y
que nosotros, desde la encrucijada espacio-tiempo, que no deja de ser esa misma
cruz, debemos recibir y llevar a cabo a través de una experiencia de vida que
hable de lo que realmente Somos, que nos recuerde nuestra procedencia y la
herencia que a todos pertenece.
Me despido con un poema
de Sophí Kara que apela a esa presencia amorosa que a todos nos asiste. Hasta
pronto.
Sentir que llegas de todos lados,
Que apareces por el rincón
Más inesperado,
Que me sorprendes y me revuelves,
Siempre,
Que me embelesas con esa presencia
tuya
Tan liviana.
Sentir que entras en cada abrazo,
En la sonrisa que sin voz
Es un colmado
De dicha que prende en mi mente,
Y enciende
La llama que alumbra esa esencia tuya
Tan amada.
Sentir que soy Uno multiplicado,
Que todo elemento es un don
En mi regazo.
Que me proteges y me sostienes
Inmanente
Que me regresas a esa consciencia
tuya
Presente y eterna, necesaria.
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