PACIFICA-MENTE Principio de Polaridad 08 06 20
PRINCIPIO DE LA POLARIDAD 8
de junio de 2020
“Todo es doble; todo
tiene dos polos; todo, su parte de opuestos: los semejantes y los antagónicos
son lo mismo; los opuestos son
idénticos en naturaleza,
pero diferentes en
grado, los extremos se tocan;
todas las verdades son
semiverdades;
todas las paradojas
pueden reconciliarse.”
Estamos asistiendo a un
mundo inevitablemente dual, todo está polarizado y la consecuencia lógica de
los posicionamientos opuestos es el conflicto.
Para esquivar los conflictos, para no
caer en el juego de la ira, la tristeza, la culpa…, debemos asimilar la idea de
que en realidad todo es lo mismo pero en diferente grado de vibración.
Esto según Un Curso de Milagros es la
consecuencia lógica de la separación. Cuando el pensamiento de Amor cambió su
estado vibratorio alto por uno bajo, dio lugar a su opuesto: el miedo. En
realidad sólo existe la Unidad: el Amor, pero al producirse esa separación en
la mente, experimentamos su estado contrario que como energía baja, se
cristalizó y materializó.
Esta contradicción impregna todo nuestro mundo
que al igual que el miedo, no es real. La realidad sigue intacta, somos
nosotros quienes tenemos que regresar subsanando y trascendiendo la paradoja a
través de una mente correcta, corregida.
Esa corrección que nos redirige del
miedo al Amor pasa por nuestra mente. Percibimos de forma errónea y para
comenzar a albergar una percepción sana, debemos a empezar a mirar con los ojos
del corazón, esos que no atienden a formas y apariencias y que detrás de todo
conflicto son capaces de ver el Amor que velado por el pensamiento del ego,
parece no existir.
Dominar este principio de polaridad es
lo que nos proporcionará la libertad para vivir en paz y Amor, pues quién sabe
que el Amor es la única realidad, no cae en la trampa de creer en algo que sólo
es una ilusión producida por una mente gobernada por el miedo.
Entender que la polaridad es sólo la
consecuencia de un error de percepción, de un pensamiento alejado de lo que en
realidad somos, y actuar en consecuencia, perdonando y estando más allá de lo
que se manifiesta erróneamente, propicia la alquimia que transmuta la oscuridad
en luz.
Ese proceso de cambio consiste en un
entrenamiento mental, en aprender a ver las cosas de otra manera e
interpretarlas de forma que nos ayuden a vencer aquello que un día dimos por
cierto, inevitable y propio del ser humano.
Los pensamientos son libres y debemos
elegir pensamientos de aliento que nos estimulen, que nos sitúen allí donde queremos
estar, visualizando o imaginando que ya hemos conseguido aquello que deseamos.
Si nos instalamos en la queja y en la amargura no damos permiso a la gratitud y
a la alegría a entrar en nuestra vida.
El principio vibratorio que entiende que
todo es susceptible de cambio, pues todo está en movimiento, es el que avala la
existencia de múltiples posibilidades y que en nuestra mente, podemos hallar la
llave para activar aquellas que más nos convengan.
Para instalarnos en esta actitud tenemos
que desterrar el miedo y la pereza y trasladar nuestra fe del derrotismo a la
confianza de que todo es posible y de que todo es para bien. Se trata de poner
el viento a nuestro favor.
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