PACÍFICA-MENTE Un Substrato Sostenible 18 03 25
SUBSTRATO SOSTENIBLE 17 de marzo de 2025
Vivir en conexión, en Presencia, nos permite recibir la energía amorosa, la Luz que siempre estuvo a nuestra disposición, y con ella todos sus atributos que nos van a facilitar nuestro desenvolvimiento, que nos van a ofrecer soluciones creativas y pacíficas a todas las cuestiones.
Impulsar el arte del discernimiento, de la inteligencia al servicio de la Fuente, es una apertura a recibir esa lluvia generosa de nuevas ideas y conceptos que van a permitirnos ampliar nuestra percepción y aprender el arte de darle la vuelta a todo para posicionarlo desde un lugar más amable, más beneficioso.
Abandonamos de ese modo la falsa identificación con lo que está ocurriendo y comenzamos a elegir el significado de eso que ocurre basándonos en lo que es Real en nosotros, aquello que nos permite regresar a nuestra verdadera identidad de Amor y bienestar espiritual, poniendo el foco en lo que realmente nos debe ocupar e importar, para no malgastar esa energía que a veces tanto nos cuesta aprender a recibir.
Así es como damos un salto consciente hacia lo que Antonio Blay consideraba la tercera dimensión del ser humano: la afectividad, cuyo potencial se va a desplegar como consecuencia de haber trabajado las otras dos: energía e inteligencia, que son como la luz solar y el agua de riego para nuestro jardín interior.
Al hablar de afectividad, el término sostenible surge porque según la RAE: “especialmente en ecología y economía, lo sostenible es aquello que se puede mantener durante largo tiempo sin agotar los recursos o causar grave daño al medio ambiente”, en este caso el medio ambiente en nuestro ser, nuestro sentir, y los recursos son todas aquellas estrategias que poseemos de forma natural y que cuando nos sentimos abrumados, cansados y vencidos, obviamos para “tirar la toalla” y dejarnos arrastrar por la inercia del miedo y el mundo de conflicto.
“Lo sostenible”, por lo menos lo que posee ese potencial, es nuestra afectividad. Poseer un estado emocional estable, un substrato que enriquece la tierra que nos da la vida, que aún inmerso en la fluctuación natural del ser humano, logra mantenerse elevado a pesar de las vicisitudes, es garantía de equilibrio y armonía, de serenidad y paz interior.
Hemos visto que para desplegar el potencial afectivo, hemos tenido que desplegar previamente el potencial de la energía y de la inteligencia, de ellos surge así una afectividad sana y fuerte, estable.
La emoción va a seguir al pensamiento. Si desde el pensamiento “vemos” que la condicionalidad es antónimo del Amor, que es sólo miedo a la propia libertad y por tanto a la libertad ajena, comenzaremos a despertar de la ilusión de las relaciones especiales, ésas que están gobernadas por pactos y compromisos que encadenan, que nos hacen creer que somos carentes y necesitados y que el otro o los otros nos van a completar porque seguimos alimentando el pensamiento de que el Amor está ahí afuera, y debemos buscarlo en el mundo exterior.
Desde esta perspectiva más consciente y despierta, surge una nueva mirada que no pide permiso para ser, que no pretende ajustarse a ningún modelo externo sino sentirse de la forma más sencilla y natural, liberada de condicionamientos. El niño que fuimos y que tuvo que adaptarse a un modelo que no le representaba, abandona por fin el yo ideal y comprende que tal y como es, está bien.
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