La rueda de la vida


ELIZABETH KÜBLER-ROSS

“LA RUEDA DE LA VIDA”


Psiquiatra y  escritora suizo-estadounidense, experta mundial en el tránsito de la muerte, ayudando a miles de personas a morir con dignidad, incluso con alegría.

En su autobiografía “La rueda de la vida”, nos regala reflexiones profundas y muy reveladoras que nos acercan a esa Verdad que está detrás de este mundo absurdo e incierto.

Estas son las que aquí y ahora quiero compartir. Espero que su Voz os resuene, porque al fin y al cabo, es la de todos.

Sophí Kara – Somos ahora y por siempre.

 

         Lo único que a mi juicio sana verdaderamente es el amor incondicional.

         No existen las casualidades en la vida.

         La única finalidad de la existencia es madurar.

         Durante toda la vida se nos ofrecen pistas que nos recuerdan la dirección que debemos seguir.

         Creo que toda persona tiene un espíritu o ángel guardián.

         El destino se parece mucho a la fe, ambas cosas exigen una ferviente confianza en la voluntad de Dios.

         La esencia  de la existencia y de la existencia de toda criatura humana, es simplemente continuar viviendo, sobrevivir.

         Hay un Hitler en todos nosotros.

         Si  yo logro que una sola persona cambie los sentimientos de odio y venganza por los de amor y compasión, entonces he sido digna de sobrevivir. (Dicho por una superviviente de un campo de exterminio en la 2ª guerra mundial)

         La vida está en el presente.

         Un corazón compasivo puede sanar casi todo.

         Hay una voz interior que nos dice con toda certeza cuándo adentrarnos en lo desconocido.

         Es posible que no obtengamos lo que deseamos pero Dios siempre nos da lo que necesitamos.

         Existe un poder sanador que trasciende los medicamentos.

         Todas las teorías y toda la ciencia del mundo no pueden ayudar a nadie tanto como un ser humano que no teme abrir su corazón a otro.

         El nacimiento y la muerte son experiencias similares, cada una el inicio de un viaje. (Llega a concluir que la muerte, tal y como la comprendemos, no existe)

         Pronto saldrían de sus cuerpos como sale la mariposa de su capullo.

         La Luz, decían, era la fuente última de la energía del Universo.

         Se hallaban envueltos por un amor arrollador, la forma más pura de amor, el Amor incondicional.

         Ver la Luz les había hecho comprender que sólo hay una explicación del sentido de la vida, y ésa es el Amor.

         Experimentaban la unicidad, la totalidad e integración de la existencia. (Testimonios de personas que vivieron experiencias de muerte)

         El mayor regalo es el libre albedrío, la responsabilidad de elegir lo correcto.

         Ya no tenía la menor duda de que lo mejor de la vida consiste en descubrir lo que uno ya sabe.

         En el interior de cada uno de nosotros hay una CAPACIDAD INIMAGINABLE:

para la bondad,

para dar sin buscar recompensa,

para escuchar sin hacer juicios,

para AMAR SIN CONDICIONES.

 

         Sanando a una persona, podemos sanar a la madre Tierra.

         Nuestra única finalidad en la vida es crecer espiritualmente. La casualidad no existe.

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